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Epistolario Selecto

Rubén Darío



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ArribaAbajoIntroducción

Con el presente Epistolario selecto de Rubén Darío, El Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional, continúa con su tarea de difundir el legado patrimonial de escritores chilenos o latinoamericanos que hayan tenido una particular significación en el proceso cultural de nuestro país. En él se reproduce una selección de cartas del mismo Darío y otra de diversos interlocutores, familiares, amigos, integrantes del mundo de la cultura y la política de la época, durante distintas etapas de su vida y labor intelectual.

Todas estas cartas pertenecen al llamado «Archivo de Rubén Darío», hallazgo perteneciente al escritor argentino Alberto Ghiraldo, hecho en el pueblito de Navalzauz, como él dice, «colgado en las estribaciones de las serranías de Ávila, en España». Este «Archivo de Rubén Darío», conformado por cartas rigurosamente ordenadas por el mismo poeta, poemas, artículos y textos de diversa índole, y que constituye uno de los legados más valiosos del poeta padre del Modernismo y de la poesía hispanoamericana contemporánea, es conservado actualmente por el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional.

La impresión que sintió Ghiraldo cuando encontró este «tesoro literario», perdido en un pequeño pueblo de España, lo expresa muy significativamente en el prólogo al libro El archivo de Rubén Darío, publicado por la Editorial Bolívar, en Santiago de Chile, el 24 de febrero de 1940, en el cual difundió parte de esta correspondencia, y comentarios a la misma, libro que amplió en edición argentina tres años más tarde: «Pero ¿era posible aquello? Allí, ante nuestros ojos azorados, estaban los documentos preciosos: aquí, amarillas por el tiempo, pero intactas, aparecían las epístolas del pensador célebre, honra de España y de su tiempo...», esos mismos documentos amarillos pero intactos,   —6→   a pesar del tiempo, que ahora reproducimos para el lector interesado y para el investigador, algunos de ellos publicados fragmentaria o completamente por Ghiraldo, otros absolutamente inéditos, y que muestran al poeta, por su propia mano y por la visión de sus interlocutores, en sus múltiples facetas, y que nos develan, ante todo, al hombre y sus deseos, al poeta y sus dichas y desdichas, sus trabajos y sus días.

La selección que hemos hecho del material pretende ser variada y amplia, en tanto al período que abarca -de 1887 a 1913, las cartas datadas-, destinatarios y emisores, como por sus aspectos temáticos. Como Apéndice a la selección hemos incluido notas biográficas de los personajes más significativos, tanto emisores como destinatarios, que aparecen en este epistolario.

Agradecemos a quienes hicieron posible este libro, al equipo del Archivo del Escritor que trabajó en él, a Tatiana Castillo Concha, por su aporte en este trabajo, y, sobre todo, a Jorge Eduardo Arellano, por su valioso prólogo e iluminadores encabezamientos de las cartas aquí publicadas.

Pedro Pablo Zegers Blachet

Thomas G. Harris Espinosa



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ArribaAbajoPrólogo

Hace un siglo, cuando Rubén Darío consumaba en Buenos Aires su renovación modernista, el periodista nicaragüense Alejandro Miranda (1861-1937) transcribía en El Mundo de México, D. F. una carta desgarradora de su compatriota: «...Y en verdad, ¿tengo a qué volver? No. ¿Familia? Tengo yo, he tenido acaso, en toda aquella gente de mi apellido, que es mío hoy únicamente [...] Tengo un hijo y un recuerdo sagrado: esa es mi familia. Amigos, dirás. Pues sí, mis amigos de infancia que son los únicos, se han concluido también. Unos han muerto, otros se han alejado; otros, cuando he llegado, me han mirado como a un extranjero: me han tratado sin la confianza de los primeros años. He encontrado una generación nueva que yo dejé en la infancia. En fin, cada vez que me he acercado a la tierra en que nací, ha sido para padecer. ¡Oh Román!, ¡tú sabes las tristezas morales de mi niñez, las penas de mi juventud: sabes también, amigo mío, las cosas dolorosas del hombre...!» (Tomo II, Nº 17, 25 de octubre de 1896).

He aquí un testimonio confesional y, por tanto, revelador de su intimidad, dirigido a un compañero de promoción literaria y pariente: Román Mayorga Rivas (León, Nicaragua: 1862/San Salvador, El Salvador, 1925). Una carta incompleta -cuyo fragmento conocido basta para introducirnos en el mundo interior de Darío-, redactada en febrero, 1896: el mismo año de Los raros -exégesis programática de sus «modelos»- y Prosas profanas, culminación de su arte cosmopolita, dechado de exquisitez verbal y armónica orquestación que circuló en los primeros días de 1897. Devocionarios del   —8→   modernismo tanto en nuestra América como en España, ambos libros figuran implícitamente en las líneas finales de esa carta difundida por Miranda: «¿Qué más decirte de mí? Que hago una vida de trabajo. Que he dado a la prensa, sobre todo a La Nación, en estos tres años, lo suficiente para tres o cuatro libros. Que continúo y continuaré en la brega...» Es decir, en la lucha por realizar su esencial proyecto de apropiación de la cultura de Occidente como totalidad, consolidándose durante su período argentino (1893-1898) como líder indiscutible del movimiento modernista.

Desde entonces, la correspondencia de Darío con sus amigos y discípulos comenzó a circular en diferentes publicaciones periódicas de lengua española, aumentando tales piezas dispersas a raíz de su muerte en 1916. Cuatro años después el peruano Ventura García Calderón (1885-1959) reunía el primer Epistolario, editado en París por la Biblioteca Latino-Americana que dirigía el uruguayo Hugo D. Barbagelata. Dicho volumen fue aprovechado en 1926 por el argentino Alberto Ghiraldo (1874-1946) en otro del mismo título, aparecido como el XIII de la tercera tentativa de «Obras completas» de Darío emprendidas por el español Andrés González Blanco (1886-1924) y el mismo Ghiraldo. «Las cartas de Darío recogidas aquí -anotó el dariísta chileno Julio Saavedra Molina- pertenecen a los años 1889 a 1914 [...] Aunque, como tal, muy incompleto, es éste un libro valioso, con datos útiles para el conocimiento de la vida del nicaragüense». (Bibliografía de Rubén Darío, Santiago de Chile, Edición de la Revista Chilena de Historia y Geografía, 1946, pág. 99).

Precisamente, Ghiraldo se empeñaría en contribuir mucho más a ese conocimiento al preocuparse por los papeles del gran poeta que conservaba su mujer española Francisca Sánchez en el pueblo de Navalzauz, provincia de Ávila. Hasta allí había llegado para rescatar los que estimaba relevantes. Así publicó una amplia selección de cartas en dos obras, tituladas El archivo de Rubén Darío publicado por la Editorial Bolívar en Santiago de Chile, 1940 y la otra, muy enriquecida, por la Editorial Losada de Buenos Aires en 1943. Pero ambas se encuentran, desde hace muchos años agotadas.

Por eso considero oportuna esta nueva selección del vasto epistolario de Ghiraldo en su segunda edición -un volumen de 508 páginas- que abreviamos ARD (1943) para identificar las cartas de ahí procedentes, anotadas con otras inéditas por Pedro Pablo Zegers y Thomas Harris, investigadores de la Biblioteca Nacional de Chile y custodios del «Archivo del Escritor». En esta dependencia se halla, completa, la documentación original de Ghiraldo, -donada a finales de los años 40- que consta de unas 2.000 piezas y, exactamente, de 2.340 páginas. Desconocida por los especialistas (el biógrafo de Darío,   —9→   Edelberto Torres, no pudo localizarla en su viaje a Chile en 1972 y sólo el bibliógrafo José Jirón Terán, en Nicaragua, estaba al corriente de su existencia), esta documentación rubendariana la integran además poemas inéditos, ensayos y manuscritos de libros capitales como el Canto a la Argentina (1914).

Durante muchos años permaneció desorganizada hasta que un equipo, al revisarla, descubrió su valor que, a nuestro parecer, supera la del Seminario-Archivo Rubén Darío de Madrid. Porque si ésta posee más cantidad de piezas -4.785, de acuerdo con su catálogo impreso-, la de Chile es cualitativamente superior, pues contiene el mayor número de cartas escritas por Darío y las más importantes que le enviaron literatos de Francia, España, Italia e Hispanoamérica. Por ejemplo, cabe citar las once autógrafas -reproducidas al fotograbado- que Ghiraldo insertó en la primera edición, firmadas entre otros por el español Gaspar Núñez de Arce, el argentino Bartolomé Mitre, el italiano Felipe T. Marinetti y los franceses Laurent Tailhade y Paul Fort.

Esta selección comprende 45 cartas de Darío, iniciadas por la dedicatoria al presidente J. Manuel Balmaceda del Canto épico a las glorias de Chile el 9 de octubre de 1887 y que reflejan, entre otros aspectos, la intensa vida del literato profesional que fue Rubén Darío, su vinculación formativa con Chile, y especialmente la capital con Argentina; su corta y accidentada actuación diplomática ante S.M. el Rey de España. Igualmente, su entrañable amistad con poetas y escritores como el chileno Pedro Nolasco Préndez y el dominicano Fabio Fiallo.

Sin duda, existen compilaciones epistográficas valiosas posteriores a la de Ghiraldo. Pienso en la de Dictino Álvarez: Cartas a Rubén Darío -Epistolario inédito con sus amigos españoles (1963) y en otras aparecidas en publicaciones periódicas que en su momento recogieron Emilio Rodríguez Demorizi, Edelberto Torres, José Jirón Terán, Ernesto Mejía Sánchez y el suscrito. Pero no es necesario precisarlas bibliográficamente. Basta decir que retomaron la actitud ejemplar de Ghiraldo, cuya labor de difusión rubendariana aún no ha sido valorada debidamente.

En este sentido, creemos que esta obra confirmará esa valoración, gracias a la iniciativa institucional de la DIBAM (Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos) de Chile y a la acuciosidad de sus funcionarios e investigadores Zegers y Harris.

Jorge Eduardo Arellano

Embajador de Nicaragua en Chile

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Rubén Darío en Chile alrededor de 1886



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ArribaAbajoEl alma desnuda y exquisita de Rubén Darío aparece tal como ella fue de viviente, sana, dulce e ingenua1

Fabio Fiallo, La Vega, Rep. Dominicana

12 Noviembre 1927

Señor: Alberto Ghiraldo

Madrid

Distinguido compañero: Dígole en verdad que siento muchísimo gusto en sostener esta agradable correspondencia que el cariño mutuo a Rubén ha establecido entre Ud. y yo.

Tras su amable cartica del 1º de Octubre, llegome una postal de Güicho y una carta de Francisca. También me llegaron 14 volúmenes de la «Colección Darío» que publica el Sr. J. Villacastín. De todo esto he quedado contentísimo y agradecido.

He pensado que Ud. tiene razón, muchísima razón en querer publicar las cartas de nuestro pobre e inmortal amigo -A diario leía, antes, todo cuanto se escribía sobre Rubén. Hoy desecho tales lecturas, porque regularmente descubro en ello, más que un noble propósito de esclarecer aquella portentosa vida el prurito miserable de sacar a luz de escándalo lo que estos falsos amigos consideraban sus debilidades y sus defectos. No pudiendo alzarse hasta su genio, buscan rebajarlo a la manera de Procusto, quitándole altura, cercenándolo. Y quédanse muy satisfechos porque míranle, ya, a su propio nivel.

Contra esa miserable campaña, de la envidia disfrazada so capa de amistad y camaradería, va la labor de Ud. con la publicación de su «Epistolario». En éste, el alma desnuda y exquisita de Rubén aparece tal como ella fue de viviente, sana, dulce e ingenua, sin mal deseo para nadie, ni aún para aquellos que pagaban su bondadosa acogida, sus elogios, el inmerecido prólogo de un libro, con la saeta disparada al volver de un esquina o el puñado grande de cabellos arrancados desde la encrucijada de cualquier periódico.

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De la colección que poseo he escogido algunas cartas cuyas copias le remito. Tal vez sean las más insignificantes; pero, son las que se pueden publicar sin levantar protestas, ni provocar disgustos. Ud. lo sabe bien, amigo mío, Rubén no gustaba de murmuraciones menos aún de escándalos. Muy rara vez dijo sus tristezas contra el amigo convertido en detractor. Y cuando en tales ocasiones hallaba algo, decíalo tan al vivo del amigo que era su hermano, que apenas si su voz sonaba como el susurro de una abeja que no tuviera ponzoña, o que no quería aprovecharla ni aun para defenderse. De éstas, quizás vayan dos. ¡Y basta!

He enviado al Sr. Villacastín el ejemplar de Garnier que conservaba en mi biblioteca, haciéndole por mediación de Francisca, la reclamación consiguiente para la próxima edición del volumen «Letras».

Quisiera tener alguno de los libros de Ud., el que sea más de su gusto, más de su cariño, el que tenga más de su alma. ¿Querrá Ud. darme esta prueba de amistad y afecto? Y créame, muy suyo

Fabio Fiallo





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ArribaAbajoCartas de Rubén Darío

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Rubén Darío

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ArribaAbajoChile, mi segunda patria2

Sr. Don. J. Manuel Balmaceda

Presente

Muy respetado Señor Mío,

he querido darme la honra de dedicar a Ud. mi Canto Épico a las glorias de Chile, publicado en «La Época» del domingo.

Si tal dedicatoria fuese de su agrado, no habrá mayor satisfacción para mí, y quedaré comprometido, a seguir produciendo mis pobres frutos, y procurando, con mis pocas fuerzas, servir a Chile, mi segunda patria.

Saluda respetuosamente a Ud.

Su afmo. S. S.

Rubén Darío

Stgo., 18. Oct. 9/87



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ArribaAbajoEstoy declaradamente enfermo3

Al señor don Pedro Nolasco Préndez, Santiago

Mi querido amigo y poeta:

Recibí tu carta y tu libro. Me hallo en una situación que si quieres saberla no tienes más que hablar con Rodríguez Mendoza, y si quieres y puedes ayudar a remediarla habla con Carlos T. Robinet. Yo no me extiendo más, por el motivo de no tener espíritu tranquilo ni palabras a propósito.

He escrito un artículo largo sobre «Las Nuevas Siluetas»; se publicará en «La Libertad Electoral». Hago ciertas apreciaciones, y estoy contento de él. Quedaré más si quedas tú lo mismo. Tuyo.

Rubén Darío

P.S.: Estoy declaradamente enfermo de tisis, y con una complicación de neurosis horrible. Y esto es lo de menos. Vale.

R.D.



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ArribaAbajoTengo que estar en Nicaragua4

[A Pedro Nolasco P.]

Mi querido amigo: Te escribo ésta con el siguiente objeto:

Debes de tener entendido que mi partida a Centro América me es más necesaria que nunca. Mi padre acaba de morir, y yo tengo que estar en Nicaragua a la mayor brevedad. Conoces perfectamente mi situación.

Parece que las esperanzas que teníamos no se han podido realizar por ahí. ¡Qué se hace!

Ahora, oye:

Un amigo mío ha empezado aquí algo que si es duro para mí, es el único medio que me queda para poder irme. Ha pedido a personas que tienen buena voluntad y alguna estimación por mí, que contribuyan para formar un fondo con el cual pueda hacer el viaje. Ya hay bastante adelantado.

Tócate a ti -pues no puedo decirlo a otro amigo- ver lo que puedas hacer en el círculo de tus relaciones políticas o sociales. Por de pronto, recuerdo yo dos, tres, cuatro amigos, quienes si tú les insinuaras algo, se prestarían gustosos. Triste, pero preciso. Se necesita que por lo menos vengan de ahí Libras Esterlinas 20. Lo demás aquí, como digo, se está juntando. Todo callado, como todo bien que se hace noblemente.

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En fin, hágase lo posible, hazte tú iniciador por tu parte y rompe esta carta, si te parece.

Creo que también de aquí se ha escrito a Robinet a este respecto.

Todo debe de hacerse, a más tardar, en la presente semana.

Mi salud, peor.

Tu amigo

Darío.

Valparaíso, Noviembre 20 de 1888.

P.S.: Haz reclamar en mi nombre un artículo que está en La Libertad titulado Cuento ruso, y lo publicas en La Época. Esto, pronto.

Vale.-



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ArribaAbajoEs terrible el asunto viaje5

[A Pedro Nolasco P.]

Mi querido amigo:

Hasta hoy respondo por razón de proseguir aquí sin descanso la consecución de los medios necesarios para el viaje.

Es un hecho que no podrá realizarse el viaje sino hasta el 5 de Enero, es decir dentro de once días contando desde hoy.

De no, hay que esperar el vapor próximo.

Con lo que tú me has conseguido tengo ya para gastos de viaje y llegada. Aquí se trata de conseguir pasaje, y de «arreglarme la maleta», como dice Barra.

Esto poco a poco, parece que se conseguirá.

Y a propósito.

Carvallo me ofreció una caja hace mucho tiempo. Debe haberla hecho llegar a la casa en que yo habité en Santiago, Nataniel 51. En tal caso debe de estar en poder de don Manuel Rodríguez Mendoza. O si no se puede averiguar.

Tú puedes hacerme el servicio de mandar pedir en mi nombre unos libros y ropa que tengo en casa del mismo Manuel, y remitírmelos por expreso.

Si la caja se encontrase, sería un pequeño ahorro.

Es terrible el asunto viaje, tal como lo estoy palpando. Pero qué se hace. La ayuda conseguida, es parte del camino andado.

No te digo más por no quitarte el tiempo.

Tuyo, afmo. Darío

Valparaíso, 25 de Diciembre de 1888.



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ArribaAbajoEl viaje se aproxima cada día más6

[A Pedro Nolasco P.]

Mi querido amigo,

Es de todo punto urgente que te veas con Anto. Edwards, que ofreció conseguir con D. Arturo lo que tú me comunicaste.

El viaje se aproxima cada día más. La remisión puedes hacerla por un giro, calle Victoria, Nº 100. Esto, en cuanto se pueda.

Lo de Rodríguez Mendoza ya lo haré arreglar por otro medio, pues veo que no te es posible. Te saluda con todo cariño Rubén Darío.

P.S.: ¿Por qué no habrá publicado La Época, que está suscrita al Imparcial, de Madrid, dos cartas que me dirige Valera sobre mi Azul?

(Sin fecha. Seguramente últimos días del año 1888 o primeros del 89.)



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ArribaAbajoCada cual puede embellecer una idea creada anteriormente7

A. P. N. Préndez, Santiago.

Amigo mío, ya que esta maldita enfermedad me tiene postrado, y yo no puedo ir ni tú puedes venir, te daré por esta carta idea clara de la base de mis artículos, -son dos los que pienso escribir.

Ante todo, ¿qué es plagio? Campoamor lo ha definido mejor que nadie en su estudio titulado «Mis plagios».

Debes de saber que el gran poeta fue acusado por varios escritores de varios diarios madrileños, como plagiario.

Él se defendió, y triunfó.

¿Quién es dueño exclusivo de ideas originales actualmente? Si en el gran Hugo se ven ideas enteras de poetas antiguos; si en Shakespeare se ven figuras idénticas y expresadas en ocasiones con los mismos epítetos de Teócrito, -por ejemplo, en «Venus y Adonis»- en Campoamor se notan afinidades, figuras y modos de Víctor Hugo, sin que en ello haya pecado alguno ante la alta y severa crítica.

Tú tienes una ventaja, por cuanto Pelletan «Jamás escribió en verso», y has escrito tus primeras siluetas inspirado en la «prosa» del escritor francés. Y si tienes culpa, contigo sufra la pena el divino Herrera, quien ha sido famoso con su


Cantemos al Señor que en la llanura
venció del ancho mar el trance fiero.
¡Oh, Dios de las batallas! Tú eres diestra
salud y gloria nuestra,
etc.

pues todo esto es verso castellano sacado a ojos vistas de la «prosa» de la Biblia.

Ahora bien, en cuanto al asunto de la obra literaria, ¿no están acusando los diarios alemanes a Daudet el de su nuevo Inmortal? ¿Y Sardou? Y Ohnet. ¿Y Echegaray?

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Navarrete ha creído conseguir un triunfo. Y realmente lo ha conseguido entre los novedosos y los gacetilleros de ciertos diarios.

Aquí mi opinión ha conseguido ser igual a la de algunas personas de juicio y de ilustración.

Todos estamos de acuerdo en que todos los versos que se hacen prosa, pierden, como toda prosa que se pone en verso, tomando gallardías y alientos nuevos y propios, gana. ¡Si yo pudiera poner en verso las grandezas luminosas de José Martí! O ¡si José Martí pudiera escribir su prosa en verso!

Caso grave: ¡Corneille! Y no obstante, el Convidado de Piedra es suyo y es de Rojas.

Cada cual puede embellecer una idea creada anteriormente, si tiene bellezas para ello. Y luego, el ritmo y la rima son creación también.

Pueden compararse escenas enteras de ese drama en la obra de ambos y se notarán las semejanzas.

Otro punto. El de Shakespeare y Bacon. Pero este es asunto de charlatanes literarios, de mentirosos.

Y así hay muchos puntos de estudio bastante interesantes. Yo tengo algunas páginas ya en limpio. Si fuese posible, y llegases aquí, sería bueno, porque las discutiríamos juntos. No podría ir a encontrarte a la estación, pero vendrías a mi posada.

O de no, escríbeme respecto a las ideas que tengo sobre la cuestión, que así los dos nos ayudaremos.

Busca en las librerías «Mis plagios», de Campoamor, última edición. En la colección de «Los Lunes» que hay en la imprenta de La Época hay un estudio que no sería malo leer, sobre Sardo y sus plagios.

Si vienes, avísame por el Nacional. Si no, contéstame lo más pronto, para dar a luz todo en cuanto esté listo, y después de ver tu opinión.

¿Lo admitiría la Revista del Progreso?

Recuerdos a Carvallo.

Tuyo Darío

Doce de la noche, Nov. 12 del 88.

Rue Leydeau

París, 24 mayo, 1906



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ArribaAbajoLa ausencia hace que te quiera más8

The Royal Steam Packet Company

En el mar Julio 1907

R. M .S. P. «THAMES»

[A Francisca Sánchez]

Mi muy querida Tataya, mañana llegamos a San Vicente y me apresuro a mandarte estas líneas. ¡Cuánta falta me has hecho estos últimos días en que no he estado muy bien de salud!

Como tú ya conoces mis males como nadie me habrías puesto bueno enseguida. Hoy voy mejor así es que no tengas ningún cuidado.

Espero que me escribas muchas cartas con todas las noticias que me tengas que contar. Ya sabes que las señas son: M. Rubén Darío, Secretario de la Delegación de Nicaragua. Río Janerio Brasil.

Cuidate mucho, junto con la Tataicilla; ambas me hacen falta. Que sea buena es el consejo que siempre le doy. A ti, que seas la de siempre, que te hagas culta, que leas los diarios que lleguen y me guardes todo bien.

Corea se ha portado muy bien conmigo. Cuéntale a Madame Sedano que su marido va como attaché de la Delegación y así figurará en Río.

Conmigo Sedano se ha portado como un hermano. Va en mi mismo camarote y me ha atendido durante mi enfermedad y siempre con mucho cuidado y afecto.

Escríbeme, pues, de todo, y recibe muchos abrazos y besos y la Tataicilla.

Con mucha razón la ausencia hace que te quiera más. Escríbeme todo con la máquina, los sobres. Como lo hiciste últimamente a Anvers. Escríbeme las más cartas que puedas, y sé siempre tan cariñosa y buena con tu

Tatay



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ArribaAbajoLo cortés no quita lo cóndor9

18 de agosto de 1907.

Sr. D. Rufino Blanco Fombona.

Mi querido Rufino:

Saludar nosotros al Águila ¡sobre todo cuando hacemos cosas diplomáticas!... no tiene nada de particular. Lo cortés no quita lo Cóndor.

Eligio de Carvallo, el portugués, no es portugués, que es brasileño. Los versos fueron escritos después de conocer a Mr. Root y otros yanquis grandes y gentiles, y publicados juntos con los de un poeta del Brasil. Por fin acepto un alón de águila, y lo comeré gustoso, -el día que podamos cazarla-. Y allí, fíjese bien, anunció la guerra entre ellos y nosotros.

Del águila a la paloma. Me complace que esté acompañado de su hermanita y de mi excelente Humberto, en ese tranquilo suelo holandés.

Yo estoy aquí, en paz y trabajo, mucho trabajo. Ah ¡me olvidaba Mechant! He visto su notícula en TROFEOS, de Bogotá. Es un verdadero «noticulamiento» del león del que está en Madrid. ¿Rugirá? Conmigo está enojado, no sé por qué. Le escribí, ha tiempo, dos cartas -y una a Ramón- y no me contestaron.

Quedo, con un abrazo, su siempre

R.D

Rubén Darío



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ArribaAbajoLos editores son todos unos bandidos10

19 de agosto de 1907.

Sr. D. Pío Bolaños,

Muy querido Pío:

Me alegro de que esté yo en N. Y., pues, cabalmente, deseaba que Ud. se hallase a mi paso por esa.

No sé aún el día fijo, ni el vapor, para mi viaje, pero a comienzos de Octubre nos veremos, deo volente.

Vi su «Salomé», tan bien mirada y tan bellamente comprendida. La dedicatoria se la pagaré con otra, próximamente en «El Fígaro» de La Habana.

Los editores son todos unos bandidos. He ahí por qué, no habiéndome enviado el editor de «Azul...» más que dos ejemplares, no le pude enviar enseguida lo ofrecido. Creo que, al tiempo de mi viaje, tendré ya ejemplares.

La segunda de «Cantos de Vida y Esperanza» no ha salido aún. Quizá la lleve, como también «El Canto Errante».

Ya le avisaré, con tiempo, mi ida. Entretanto, un abrazo de su amigo.

R.D.



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ArribaAbajoHay que estar en Managua el 1 de noviembre11

19 de agosto de 1907.

Sr. D. Juan Téllez

Mi querido amigo.

Aunque sean dos palabras: Dentro de unos días le enviaré el nombre del vapor, para que detengamos con tiempo los pasajes.

Si quiere, véngase a París, con tiempo, al arreglo de sus asuntos. Yo iré más o menos el 20 del entrante; pero Francisca se va dentro de unos seis días. Ya sabe Ud. que va por su parto; y a alistarme mis maletas. Allí dejaré las llaves, para que Ud. y yo vivamos los días que estemos. Mas urge tomar con tiempo los pasajes, porque es la época del retorno de los americanos. Hay que estar en Managua el 1º de Noviembre. El 2 es el Santo del Presidente.

Y nada más que un afectuoso recuerdo de su amigo.

R.D.



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ArribaAbajoEl original de «El Canto Errante»12

26 de agosto de 1907.

Sr. D. M. Pérez Villavicencio,

Madrid.

Mi distinguido Sr:

En mi poder su atta. tarjeta del 22. Por correo de hoy va, en paquete certificado, el original de El Canto Errante.

Puede Ud. remitirme, el importe del libro, en valor declarado o Ch/, a mi domicilio de París: Rue Corneille, nº 3.

Yo partiré a París el 1º del entrante.

Soy su afmo. y S.S. q.b.s.m.

R.D.

P.D.:

Para la correción de pruebas, como yo tengo que emprender viaje, rogaré que se encarguen de ellas a los Sres. Valle Inclán y Martínez Sierra, amigos míos.

V.



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ArribaAbajoTengo presente el bien que ud. me ha hecho con el don de su amistad13

París 19 de Septiembre de 1907

Sr. D. Gabriel Alomar.

Querido amigo:

Dispénseme el largo silencio. Por un lado, mis asuntos íntimos, que aún me tienen molesto; por otro, la inminencia de mi partida, y otros arreglos, no me dejan un momento de reposo.

Mucho le agradezco su última carta, en que de nuevo veo su alta y generosa alma. Espíritus y caracteres como el suyo, son raros. Yo siempre tengo presente el bien que Ud. me ha hecho con el don de su amistad.

No tengo ejemplares pasado de LA NACIÓN; pero Ud. verá LA ISLA DE ORO en libro, a mi vuelta de América. Por esto le ruego me recabe de Sureda el artículo que le mandé. Me es muy necesario; y lo necesito cuanto antes, para seguir arreglando los originales del libro.

Creo que todavía estaré aquí hasta mediados del próximo Octubre, pues espero a un amigo para hacer el viaje.

No me olvide, y créame muy suyo,

R.D.

N: Mis recuerdos al gentil y noble poeta Alcover.



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ArribaAbajoVoy a definir, de una vez, mi vida y entrar de lleno en la carrera diplomática14

París, 24 de Septiembre de 1907

Sr. D. Ricardo Rojas,

Mi querido Ricardo:

Su trabajo me parece muy hermoso. Escrito con altura y con comprensión. Sólo que, hablaremos sobre lo de la vida privada. (Yo estaré aquí el 15 de Octubre). La composición Verleniana, me halaga en lo intelectual. En lo íntimo hay sus distancias y diferencias. La cosa no me haría bien, sobre todo ahora, que voy a definir de una vez, mi vida, y entrar de lleno en la Carrera Diplomática. Ud. comprenderá bien que las gentes de mi país son como las del suyo. Como creo que Ud. lo que busca es hacerme bien, ciertas enmiendas y supresiones, y aún ciertas explicaciones, serían precisas. Lo esperaré, pues.

Su afmo. eximo corde,

R.D.



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ArribaAbajoEl elevado rango de Ministro Residente ante el Gobierno de S.M. el Rey de España15

León, 25 de Diciembre de 1907

Señor Ministro:

Obra en mi poder la atenta nota de V.E. por la cual me transcribe el decreto en que el Excelentísimo Señor Presidente de la República con el propósito de fomentar las buenas relaciones existentes entre Nicaragua y España, se ha dignado acreditarme con el elevado rango de Ministro Residente ante el Gobierno de S.M. el Rey de España.

Estimo en lo que merece al Gobierno de mi país la honrosa confianza que en mis esfuerzos patrióticos ha depositado. Ruégole se sirva expresar al Señor Presidente mi particular agradecimiento, y dígnese V.E. aceptar las muestras de la más elevada consideración y respeto de su atento S.S.

R. D.

Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores

Managua



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ArribaAbajoLa continuidad de fiestas abrumadoras y, después de todo, la mala salud16

León, Nicaragua, 11 febrero, 1908

[A Fabio Fiallo]

Mi muy querido Fabio: Bien sabe Dios que hubiera querido escribirte largas cartas, desde mi llegada a estas tierras; pero bien sabe Dios también las agitaciones en que he vivido, la continuidad de fiestas abrumadoras, y, después de todo, la inevitable mala salud.

Grandemente, te agradecí el cumplimiento de mi encargo para París. Ya sabía yo que tú eras así.

Sabrás que, como lo esperábamos, fui nombrado Ministro en España. Pero todavía creo que pasaré aquí algunos días, antes de ir a ocupar mi puesto. Antes, iré a Méjico. Y no sé si tome el vapor en Veracruz, o vaya a embarcarme en New York.

Rufino está publicando en la revista de Carrillo unos apuntes íntimos, en los cuales no hay ninguna prudencia ni consideración. Yo, que lo quiero, le aconsejé que dejase eso para su Póstuma. No me ha hecho caso. ¿Creerá que se ha muerto? Lástima de hermoso talento. Yo le he guardado siempre toda clase de consideraciones. Él pasa sobre todo. Quizá sean los malos consejeros.

Mucho te encargo des mis recuerdos al Sr. Velázquez. Como te digo, haré todo lo posible por pasar por New York, para verte. Hasta pronto, pues, y recibe un abrazo de tu amigo,

Rubén Darío



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ArribaAbajoAquí, en los Diplomáticos, no está bien visto que escriban en los periódicos17

Madrid 20 de Junio 1908.

Legación de Nicaragua.-

Particular.-

Señor Don Fabio Fiallo

New York.-

Mi querido Fabio:

A mi llegada te escribí cuatro letras e indudablemente la carta se ha extraviado.-

Fui recibido por el Rey. La Legación está instalada 27, Calle de Serrano.-

De Ella no te puedo decir nada, pues no he tenido ninguna noticia.- Todavía espero...

Acabo de recibir El Fígaro de La Habana en donde viene nuestro retrato fraterno.-

¡Ojalá!, Dé Santo Domingo te vengas para Europa. Avísame con tiempo para prepararte hospedaje en la Legación.-

Ahora hago muy poca literatura; puedo decirte ninguna. Resulta que aquí, en los Diplomáticos, no está bien visto que escriban en los periódicos. Ya veré cómo arreglo eso aunque sea adoptando un pseudónimo.

Sin más recibe un abrazo de tu amigo,

Rubén Darío.



  —33→  

ArribaAbajoEl primer acto de mi misión18

Madrid, 11 de junio de 1908.

Sr. Dr. D. Rodolfo Espinosa

Ministro de Relaciones Exteriores, Managua

Tengo la honra de comunicar a V.E. que, después de corta estancia en París, me trasladé a Madrid, y ocupé, como residencia provisional, el Gran Hotel de París.

Al siguiente día de mi llegada, hicieron las visitas indispensables al Sr. Ministro de Estado y al Introductor de Embajadores, los cuales las devolvieron inmediatamente. El 2 de Junio, día señalado por S.M. el Rey, según me comunicaron por medio de oficio del Ministerio de Estado, fecha 1º de la cte., y a la hora de las ocho menos cuarto de la noche, fui recibido, en Audiencia solemne, para la presentación de las Cartas Credenciales que me acreditan como Ministro Residente de la República de Nicaragua en esta Corte. Del Real Palacio enviaron dos carrozas, según prescribe la etiqueta, de media gala, como corresponde a mi carácter de Ministro Residente, y otra de respeto. Inmediatamente, se organizó la comitiva en el Hotel de París, yendo yo en la primera carroza acompañado del Introductor de Embajadores y del Caballerizo Mayor. Regresé a mi residencia, donde les hice los honores que pusieron término al acto.

Posteriormente, hice la usual visita al Ministro de Estado, quien se ha mostrado deferente conmigo.

A su debido tiempo, he solicitado del Ministro de Estado, las Audiencias para cumplimentar a los infantes. No podré lograrlas hasta el Otoño, porque éstos se hallan fuera   —34→   de Madrid ahora. A su regreso, permanecerán poco tiempo aquí, pues inmediatamente volverán a marcharse a pasar los meses de Verano a las playas del Norte.

Pongo también en conocimiento de V.E. que la Legación ha quedado instalada en la calle de Serrano, nº 27, pral.

Esperando, Sr. Ministro, que el primer acto de mi misión complazca a ese Supremo Gobierno, tengo la honra de suscribirme de V.E. muy atto. y s.s.

R.D.



  —35→  

ArribaAbajoUn convenio de paquetes postales19

Madrid 18 de Octubre de 1909

Excmo. Señor:

Muy Señor mío: El Gobierno de la República de Nicaragua, deseoso de estrechar cada vez más los vínculos que le unen a la Madre Patria, acaba de transmitirme órdenes en cuya virtud tengo la honra de acudir a la nunca desmentida amabilidad de V.E. para rogarle tenga a bien manifestarme si el Gobierno de Su Majestad Católica se halla dispuesto a celebrar con el Nicaragüense un convenio de paquetes postales semejantes al ya concluido entre mi país y Bélgica, cuyo texto me permito incluir adjunto a V.E. para su oportuno examen.

En espera de su siempre grata contestación aprovecho esta oportunidad para reiterar a Ud. las seguridades de mi alta consideración.

Rubén Darío

Al Excmo. Señor

Don Manuel Allendes Salazar

Ministro de Estado de S.M. Católica



  —36→  

ArribaAbajoTodos te esperamos20

París el 2 Junio 1910

Rubén Darío

4 Rue Herschel

París

Mi querido Fabio:

¿Qué haces? ¿Por qué no llegas?

¿Sabes que estás haciendo una falta de todos los demonios? Tu cuarto te espera. Francisca te espera. El chico te espera. Todos te esperamos; y tú no apareces por ningún tren. ¡Helas! Si tú supieras...

Tu hermano,

Rubén Darío



  —37→  

ArribaAbajoMe ofrezco a enviar [...] dichos folletines traducidos los mismos días en que se publiquen aquí21

París 30 de Junio de 1910

Señor Don Enrique Caprile (hijo)

Administrador de LA NACIÓN

Buenos Aires.

Mi distinguido amigo:

Como Ud. sabe muy bien, puesto que tengo entendido que visitó diferentes veces a LA NACIÓN, el gran escritor francés, redactor de LE FIGARO de París, M. Jules Huret, estuvo hace poco tiempo en Buenos Aires y recorrió casi toda la República Argentina con el fin de tomar datos para publicar una serie de folletines en dicho diario sobre ese país como los que ha publicado anteriormente de los Estados Unidos, de España y de Alemania que tanta fama como escritor valieron a M. Huret y tanto dinero al FÍGARO y él mismo.

Calculo que dentro de un mes comenzará la publicación del nuevo folletín que se titulará EN LA ARGENTINA y que verá la luz dos veces por semana en el más aristocrático diario de París.

Cuando esté concluyéndose la obra sólo publicará un folletín semanal, si sigue la misma regla de conducta que en sus obras anteriores de la misma índole.

Sé que LA NACIÓN está en tratos con M. Huret para que le anticipe los primeros folletines a fin de que se publiquen en Buenos Aires al mismo tiempo que en París.

También me consta que Huret estuvo en ofrecimientos con La Prensa, mas como pidió muy caro por la obra (30.000 francos o 15.000 nacionales) las negociaciones no siguieron.

Si lo mismo sucede con LA NACIÓN no habrá ningún otro diario en ésa que adquiera el derecho de publicar los folletines de Huret al mismo tiempo que LE FIGARO en París, mas eso   —38→   no quita que el día en que vea la luz todos los diarios de Buenos Aires quieran ser los primeros en traducirla para publicarla en ésa.

Creo que a ningún diario le interesa tanto como a LA NACIÓN el darle cabida en sus columnas. Me ofrezco a enviar a Ud. dichos folletines traducidos los mismos días en que se publiquen aquí, si es que no han adquirido Uds. la obra, para que sea LA NACIÓN la primera en publicarlos en ésa. Comenzada la obra ya no hay miedo a que otro diario la empiece.

Como esos folletines serán artículos descriptivos y anecdóticos de ese gran país creo que convendría más a LA NACIÓN publicarlos como artículos a la cabeza del número que como folletines. Así se daría mayor importancia a la publicación.

Si acepta mi proposición le ruego me avise por telégrafo para estar yo preparado o traducir la obra el mismo día en que se comience y podérsela remitir por el Sur-Expreso que sale a las doce, a fin de que otro diario no se adelante pues la obra será del que primero publique el primer artículo.

Creo que afirmativa o negativamente debería Ud. telegrafiarme pues en la duda comenzaré yo la obra y mi trabajo resultaría inútil si Uds. la han adquirido directamente del autor o bien otro diario la comenzase antes que aquí o que Uds. por haberse convenido con el autor el recibir los originales con anterioridad a su publicación en París.

Aun autorizándome la traducción creo que debería también telegrafiarme si algún diario en ésa se anticipase estando mis primeros folletines en viaje para no continuar.

R.D.



  —39→  

ArribaAbajoUn Santo de la amistad22

París 18 julio 1910

4 Rue Herschel

París

Querido Fabio:

Creí que fueras más psicólogo; más filósofo. No me has conocido. ¡Qué vamos a hacer! Desde que partiste estuve bastante mal de salud. Luego, mil cosas, mil molestias.

Ningún refugio mejor que el silencio. No he escrito a nadie. Este mundo es un vasto conjunto de egoísmos. Y los excepcionales, como tú, que en verdad eres un Santo de la amistad - ¡el único que he conocido!- en veces no comprendes: ¡Qué vamos a hacer!

Y puesto que no te he escrito a ti, no he escrito a nadie. Debayle se fatigó de mi silencio. Tiene razón. Tienes razón. Todos tienen razón. Pero yo también tengo razón.

A otra cosa. Me envían como E. E. y M. P. a Méjico; para el centenario. Tengo ya que estar allá. Así es que partiré pronto.

Cuando menos lo esperes, he de cumplir intelectualmente contigo.

Hasta que nos veamos. Estoy en las cien agitaciones de los preparativos de viaje.

Te abraza,

R. Darío



  —40→  

ArribaAbajoAcepto en tu recuerdo la botonadura23

Rubén Darío

4 Rue Herschel.-

París el 11 Agosto 1910.-

Muy querido Fabio:

No te he escrito antes porque no sabía fijamente el día de mi partida. Hoy lo sé.- Me embarco el 21 en St. Nazaire en «La Champagne» directamente para Veracruz. Acepto en tu recuerdo la botonadura. Te escribiré antes de salida. Estoy con mil afanes y arreglos.

Un abrazo bien fuerte.

Fraternalmente tuyo

Rubén.



  —41→  

ArribaAbajoHe trabajado en (el «Canto a la Argentina») con todo el entusiasmo que siento por esa patria24

París el 13 de Agosto 1910

Rubén Darío

4, Rue Herschel

París

Señor E. CAPRILE

Administrador de LA NACIÓN

Buenos Aires.

Mi estimado amigo:

Recibo su carta de fecha 20 de Julio y me hago cargo del retardo en su respuesta a la mía del 15 Abril, después de visto el número extraordinario con que La Nación ha celebrado el Centenario y que no creo tenga precedentes en la prensa mundial.

Muchísimo me satisface que el «Canto a la Argentina» merezca de Uds. el afectuoso juicio que Ud. consigna, pues he trabajado en él con todo el entusiasmo que siento por esa patria. Hice efectiva en la Casa Lebocq la cantidad de Frs. 1000 que Ud. me indicaba.

El día 21 del actual, parto para México, comisionado para representar a Nicaragua en las próximas fiestas del Centenario de aquel país. A más de los artículos correspondientes, enviaré a Ud. lo que haga durante mi viaje y le agradeceré dé órdenes por telégrafo a ese respecto, al Sr. Lebocq. Si tiene Ud. algo que mandarme diríjame su comunicación a México.

  —42→  

Tomo nota de que el folletín que le remití y que comenzarán a publicar a la terminación de los que aparecen actualmente, me será abonado a razón de tanto por centímetro, según estila La Nación; esperando se me aplique la misma tarifa que se me aplicaba cuando hacía yo traducciones para La Nación.

Es todo cuanto por el momento tengo que manifestarle, aprovechando la oportunidad para reiterarme con toda consideración suyo atto. S.S.

R.D.



  —43→  

ArribaAbajoVoy a ver qué hago en favor de mi patria25

Rubén Darío

4 Rue Herschel

París, el 20 Agosto 1910

Mi querido Fabio:

Voy a tomar el tren. Te dejo el pañuelo que te enviará Francisca. Voy a ver qué hago en favor de mi patria.

Te recomiendo con toda el alma a mi gente. No olvido tu admirable ofrecimiento para el niño. Dios te apoye y Dios me apoye.

Hasta la vista, tu fraternal

Rubén Darío



  —44→  

ArribaAbajoMi perenne deseo de serle útil [...] a la culta y fuerte República Dominicana26

Director Literario: Administradores:

Rubén Darío Alfred et Armond Guido

24, Boulevard des Capucines, 24 6, Cité, Paradis, 6

Teléfono 300-36

París 30 de abril 1911.

Señor don

Federico Velázquez y Hernández.

Santo Domingo.

Mi muy distinguido amigo: Desde aquella vez -feliz- que tuvo usted la gentileza de invitarme a almorzar en el W. Astoria, en unión de nuestro amigo Fabio Fiallo, no he vuelto a comunicarme con usted.

Mas, hoy tengo la feliz oportunidad de hacerlo directamente en ocasión de anunciarle la aparición de la revista Mundial que tengo la honra, en mi calidad de Director de la misma, de ponerla bajo el amparo de usted, y a su absoluta disposición, en lo que toca su [... ], que es el del servir de propaganda literaria y gráfica de la cultura y la actividad vital de nuestro   —45→   continente hispanoamericano. Así, pues, mi muy distinguido Señor Ministro y amigo, yo espero que la revista Mundial podrá recibir las órdenes de usted, y servir así a la causa de propaganda dominicana, cosa que, al mismo tiempo que dará mayor interés a la revista, será el cumplimiento de mi perenne deseo de serle útil lo que me sea siempre posible, a la culta y fuerte República Dominicana, la bella isla colombinoespañola.

Así, pues, esta carta.

Tengo mucho gusto en aprovechar esta feliz ocasión para presentarle el testimonio de mi más distinguida consideración, y ofrecerme respetuosa y afectuosamente su obsecuente y seguro servidor, Q.B.S.M.

R. DARÍO



  —46→  

ArribaAbajoSiendo un trabajo, en cierto modo autobiográfico, deberá tener su parte «picante»27

7 de julio de 1911

Sr. D. Enrique Gómez Carrillo,

Mi querido amigo:

Nada más grato para mí, y seguramente para los lectores de MUNDIAL, que una novela de Ud.; así es que me place mucho la proposición suya. Solamente que sería preciso tener la novela concluida. Entre otras cosas, porque, siendo un trabajo, en cierto modo autobiográfico, deberá tener su parte «picante», y que pueda asustar a las jeunes-filles y señoras exigentes que lean la revista. Si en mí consistiese, yo publicaría su obra, -sobre todo en una revista que no fuese «para todo el mundo»-, a ojos cerrados.

Tuve el gusto de conocer a la Sra. Carmen de Burgos (Colombine) y a su hija, que es encantadora. La he recomendado al Sr. Merelo, (a la Sra. Burgos) para colaborar. Para la dirección de ELEGANCIAS, me parece que sus planes son otros.

Le saluda, con la amistad de siempre, su S.S.S. y amigo afmo.

R.D.



  —47→  

ArribaAbajoSuavemente, me aparto, me alejo28

París julio 28-1911

Rubén Darío

4 Rue Herschel

París

Caro Fabio:

Güicho, o el petit Rubén te saluda y te agradece tu caballo, con el cual se va a retratar.

Envíame un cuento dominicano, pronto, para hacerlo ilustrar bien.

¿Viste las cosas de R? Pues si llego a elogiarlo más ¿qué me pudiera suceder, mon Dieu? Suavemente, me aparto, me alejo.

¿Cuándo vienes? Te estoy esperando con ansias de mente y corazón. Hace aquí un calor horroroso. Yo no salgo ni a la calle. Salud, buena. Recuerdos a Atala y René; y quedo tu amigo.

Rubén Darío



  —48→  

ArribaAbajoLa menor cantidad de «literata» posible29

20 de Agosto de 1911

Sra. Da. Carmen de Burgos.

Mi distinguida amiga:

Hemos de encontrarnos pronto en Madrid, ya que no tengo el gusto de verla antes de mi partida. Espero su colaboración ofrecida. Asimismo, le estimaré me consiga colaboración de las que Ud. crea «mejores firmas», no solamente de literatura, sino de grandes industrias, altas cuestiones comerciales, &&.

Ha sido para mí un gran placer el conocerla, por su talento y gentileza, y encontrar en Ud. la menor cantidad de «literata» posible. Nada de bas-bleu. Desde luego, como escritora, Ud. no usa medias, sino calcetines...

Quedo muy atento y cordialmente, S.S.S. y amigo,

R.D.



  —49→  

ArribaAbajoAu diable les editeurs!30

París 20 Agosto 1911

Rubén Darío

4 Rue Herschel

París

Mi querido Fabio:

Ya lo creo que iré a Hamburgo a verte; pero dentro de unos días. Desde luego hasta que no me entreguen tu dibujo para la carátula.

Aquí no hay «Cantos de Vida y Esperanza»; pero te llevaré «Letras» que es tu libro. Verás como esta gente de Garnier han bouleversé la dedicatoria so pretexto de que no habían entendido una línea de mi escritura. Au diable les editeurs!

Te llevaré también el retrato del chico en su caballo. Aquí, de salud, va bien la gente. Polo Lugones sanó, después de una batalla bien librada-. Felicita a los padres que me agradecieron mucho tu linda poesía y te estiman profundamente.

Anoche hablamos de ti en buena reunión. Cada uno halló algo que alabar. Yo hablé de dos cosas exquisitas: el cuento de «Las Cerezas» y tu fino trato.

Recibí «La Cuna de América». 2 números que no me mandaste tú, sino Agustín de la Rocha. Buena y justa página la de Rufino Blanco Fombona sobre ti, quien sigue en su misma casa de la rue Gay Lussac, aunque según entiendo, se ha ido a Londres por unos días.

Llegaré, pues, pronto a tu lado, que es caer en un remanso; que tu salud mejore.

¡Un abrazo!

Darío



  —50→  

ArribaAbajoSe ha visto pasar algo faunesco, tropical, erótico31

Paris le 27 de Setbre. 1911

Rubén Darío

4 Rue Herschel

Paris

Mi querido Fabio:

Por Agustín de la Rocha supe que seguías enfermo. Creí por lo tanto que no estabas para que yo te saliese con literaturas. Dí el retrato de la joven ardiente al fotograbado, aunque no para el Nº de «Elegancias» que tú señalabas, pues ha habido un gran cambio que todo lo ha bouleversé.

«Elegancias» aparecerá mensualmente y será exclusivo de modas, con alguna lectura. De todos modos haré publicar el retrato. Pero... ¿Me meteré en camisa de once varas si te hago alguna reflexión, sobre todo, en el momento que atenacee la pierna o los lomos la pinza feroz del reumatismo o la neuritis?

Es el caso que esos versos... dada tu ya establecida fama donjuánica, ¿no serán peligrosos?, ¿no habrá murmuración? Porque aquí, al leer los versos y ver el retrato, se ha visto pasar algo faunesco, tropical, erótico, donde quizá no haya sino una inocente galantería de poeta. ¿No podrías hacer otros versos para acompañar el retrato? Pero si crees que así van bien se publicarán los que has enviado y allá te las verás con la maledicencia de lengua de fuego -sobre todo en la zona tórrida nuestra.

Avísame pues, hazme una seña.

No he remitido los libros, 1º.: porque suponía que Mata vendrá de Berlín a París. 2º. por millones de pequeños inconvenientes que el maldito trabajo me pone a cada instante. Ya irán.

Ave et vale

Rubén Darío



  —51→  

ArribaAbajoTodo lo hubiéramos arreglado en dos días32

Paris le 20 Nov. 1911

Rubén Darío

4 Rue Herschel

París

Mi querido Fabio:

He escrito ya al Sr. Tejera Bonetti, rogándole me represente en el bautismo de mi ahijada, Julia Amelia. He hecho grabar la medalla. Yo hubiera deseado hacerla acuñar; pero ello no me ha sido posible, y he ordenado lo que por el momento encontré factible.

De sobra hay tiempo para remitirla, ya sea que te la envíe a Hamburgo, o que la mande yo de aquí; aunque, mejor te la mandaré.

Presenté los recibos a los Administradores, y creo que se entenderán contigo directamente; yo no quise insistir.

Si de Londres a acá te das un corto brinco, todo lo hubiéramos arreglado en dos días.

Muy tuyo,

Rubén Darío



  —52→  

ArribaAbajoLa filosofía de las cosas profundas33

París 24 Nov. 1911

Rubén Darío

4 Rue Herschel

París

Mi querido Fabio:

Comprendo tu estado de ánimo con los sucesos de Sto. Domingo. Yo me explico el atentado simplemente con mi sentido que va a la filosofía de las cosas profundas que hay en los libros santos: «¡El que a hierro mata!!!». Por lo demás, sé que el Presidente Cáceres era excelente persona34. Si tengo alguna noticia te la enviaré. La medalla para la ahijada está lista, con la cadenita, pero no te la puedo enviar hasta el 30, tú calcularás por qué. Es mi deseo que sea, por ahora, ese, mi obsequio a Julia Amelia; y además del recuerdo material, escribiré algo -una balada- para ella.

Tenme al corriente de lo que resuelvas sobre tus decisiones políticas; si te vas, o no, o si vendrás a París, aquí, a tu casa. Quizás esto será lo mejor. Encontrarías paz, tranquilidad, cariño fraterno. ¿Vienes?

Te abraza

Rubén Darío



  —53→  

ArribaAbajoEn Chile aprendí a macizar mi carácter y a vivir de mi inteligencia35

«MUNDIAL Elegancias»

-Magazine-

ADRESSE TELEGRAPHIQUE 6 CITE PARADAIS

TELEPHONE

SANTIAGUIDO-PARIS- 300.36-

PARIS

Alfred et Armond GUIDO

Montevideo, 30.7.912

Señor Don Luis Orrego Luco

Santiago Chile.

Mi querido Lucho:

A través de tanto tiempo y de tanta distancia hemos guardado un largo silencio. Mi afecto por Chile se ha conservado el mismo después de tan largos días, han revivido siempre en mí aquellas pasadas horas. Han desaparecido viejos amigos, entre los cuales hay aquellos que la gloria chilena debe coronar, bastaría con recordar a nuestro querido Pedro Balmaceda Toro, a Vicente Grez, a Carlos Luis Hübner y los que están aún en la actividad de su talento, de los compañeros de entonces entre los cuales los Huneeus, Alfredo Irarrázabal y Ud. mi querido Lucho, que ha producido una de las novelas más intensas de estos últimos tiempos y que si se hubiese traducido a un idioma internacional, como el francés, le habría dado mucho renombre y provecho.

  —54→  

Después de veinte y cinco años vuelvo a Chile. Bien sabido es que allí publiqué mi libro «Azul», es decir, el libro de ilusiones y ensueños, que había, en favor de Dios que conmover a la juventud intelectual de dos continentes.

Nunca podré olvidar que allí pasé algunas de las más dulces horas de mi vida; y también de las arduas, pues en Chile aprendí a macizar mi carácter y a vivir de mi inteligencia.

Va esta carta mi querido Lucho como un saludo íntimo, pues el saludo nacional está escrito hace tiempo en mi «Canto a las glorias de Chile».

Y un abrazo.

Rubén Darío



  —55→  

ArribaAbajoPor conveniencia de la república y tranquilidad de ese Gobierno36

LEGACIÓN DE NICARAGUA

RESERVADO

29-12-911

[Rodolfo Espinosa]

Excelentísimo Señor.

No obstante las comunicaciones confidenciales del 22 de junio y 11 del corriente, en las que solicitaba del Excmo. Sr. Presidente de la República la declaración de mi estado diplomático actual, como representante de esa República ante S.M. el Rey de España, pues ni el Gobierno Español ni yo mismo tenemos hasta el presente, anuncio oficial alguno de mi retiro, resuelvo dirigirme oficialmente a V. E. para hacerle saber que esta situación irregular ha producido consecuencias, ante las cuales no puede ese Gobierno permanecer indiferente, como a mí mismo me sucede, pues se trata en realidad del buen nombre y del crédito de la República.

Por muy penoso que me sea, véome al fin obligado a romper el silencio que había resuelto guardar en cuanto personalmente me concierne, limitándome a advertir respetuosa e individualmente sobre el desairado papel que hace nuestro país, invitado y agasajado reiteradamente en mi persona, por la falta ya mencionada de documentación oficial sobre mi retiro.

Pero es que aún hay algo más, Señor Ministro.

Cuando efectuaba la misión que el anterior Gobierno de Nicaragua me encargara en México, vime obligado por lo anómalo de las circunstancias, a comprometer mi crédito personal por una suma de veinte mil pesetas, moneda que menciono, pues en ella se me pagaba mi sueldo de Ministro, con tanta mayor razón cuanto que el Gobierno del General Zelaya me debía ya tres meses. Desde entonces hasta hoy, sólo tengo recibidos, como asignación para   —56→   gastos de mi viaje a México, cinco mil francos que me entregó el entonces Ministro en París, Don Crisanto Medina.

Si mis posibles bastaran para saldar aquella deuda con personas particulares, y además, extranjeras, lo cual da mayor carácter de urgencia a mi obligación, gustoso los sacrificaría al buen nombre de la República; pero desgraciadamente no sucede así, y mis acreedores amenazan ya con llevar el asunto a los tribunales.

De ocurrir esto, no tendría más remedio que transferirles mi crédito con esta república, el cual consta oficialmente hablando, hasta la fecha, de veintinueve meses de sueldos no recibidos, pues repito que hasta el presente ni el Gobierno Español, ni yo, tenemos comunicación de mi retiro.

En tal sentido, me permito interesar la atención de V.E., asegurándole de nuevo que sólo la extrema urgencia me obliga a dar este paso, que de todo corazón habría deseado evitar por conveniencia de la república, y tranquilidad de ese Gobierno.

Por esto mismo doy a esta nota el carácter de reserva que reviste.

Espero que V.E. se sirva dar esta interpretación a la presente nota y acepte la mayor consideración con que tengo el honor de quedar su muy atento y seguro servidor.

Madrid, 29 de diciembre de 1911

R.D.

Al Excmo. Sr. Ministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua.



  —57→  

ArribaAbajoCuentos o narraciones, «ilustrables»37

«MUNDIAL Elegancias»

-Magazine-

ADRESSE TELEGRAPHIQUE 6 CITE PARADAIS

TELEPHONE

SANTIAGUIDO- PARIS- 300.36-

PARIS

Director Literario:

Rubén Darío

Director Artístico:

Leo Merelo

Administradores:

Alfred et Armond Guido

París, 26 de Enero de 1912

Exma. Señora Condesa de Pardo Bazán

Madrid

Mi ilustre amiga:

En mi anterior proponía a Ud. me enviase para Mundial algunas páginas de Memorias o Impresiones, pensando en el interés que despertaría esa clase de colaboración, tratándose de Ud.

  —58→  

Ahora le reitero mi ruego, esperando me envíe colaboración, próximamente, ya sea sobre esos temas o sobre los que a Ud. le plazcan, como cuentos o narraciones, «ilustrables». Esperando su respuesta y con la admiración y amistad de siempre, quedo su afmo. amigo

q. l. b. l. m

Rubén Darío



  —59→  

ArribaAbajoMi imposibilidad de concurrir al homenaje, tan honroso como simpático38

«MUNDIAL Elegancias»

-Magazine-

ADRESSE TELEGRAPHIQUE 6 CITE PARADAIS

TELEPHONE

SANTIAGUIDO- PARIS- 300.36-

PARIS

Director Literario:

Rubén Darío

Director Artístico:

Leo Merelo

Administradores:

Alfred et Armond Guido

Adrogué, 21 Agosto 1912

[Gaspar Núñez de Arce]

Mi estimado Sr. Núñez:

Aunque encargué al Sr. Guido de hablar con el Presidente de la Comisión Nacional de la Juventud, ruégole pase Ud. en mi nombre y se sirva explicar mi imposibilidad de concurrir al homenaje, tan honroso como simpático, que ha hecho llegar a mi conocimiento La Argentina de hoy. Ni mi convalecencia, ni la profusión de trabajo que me ha alejado de Buenos Aires, me   —60→   permiten aceptar por ahora ninguna manifestación pública. Mi agradecimiento es el mismo, y diga a Ud. a esa amable Comisión, que doy las más cordiales gracias y que no olvidaré nunca tales generosas muestras de estima.

Soy tu att. afmo. S.

Rubén Darío

Respecto a la entrega del diploma, diga Ud. lo que ya le he manifestado.



  —61→  

ArribaAbajoNo golpeen en esa forma nuestro hermoso idioma39

Buenos - Aires Septiembre 10 de 1912-

Sres.

Rodríguez Núñez y Cía.

Ciudad.

Muy señores míos:

Literatos o periodistas, pensadores o hombres de negocios, todos formamos o recogemos alguna idea, ligeramente acariciada ante la aromática taza de café. Pues bien; al leer hoy en la carátula del paquetito que envuelve el azúcar que ustedes tan ingeniosamente presentan, me encuentro sorprendido por el precepto higiénico con que se sirven hacer toque de alarma a los consumidores de tan preciado y calorífico néctar. ¡Con qué higiene...! Y, díganme ustedes, señores azucareros, no sería mejor que para acreditar como debe, su respetable firma, se dedicaran un poquito a corregir aquello de TOZ...? ¿Son ustedes por ventura españoles? Pues si lo fuesen, no golpeen en esa forma nuestro hermoso idioma; y, si no lo son, vean que el escribir sin corrección esta lengua, que es la castellana, acredita, que: o son muy palurdos los que dirigen esa casa o no saben mantener con honra, el lenguaje que se habla hasta en los cielos.

Perdonen a su atento y pecador.

Rubén Darío



  —62→  

ArribaAbajoConsagrar, a la República Argentina, [...] lo que yo pueda[...] en favor de su propaganda y de su influjo40

2 de octubre de 1912

París, 9, Rue d'Odessa

Excmo. Sr. D. Roque Sáenz Peña

Presidente de la República

Señor Presidente:

Mucho hubiera deseado, al despedirme de S.E., agradecerle, la bondadosa acogida, las palabras amables y los espontáneos ofrecimientos que, en su alta amistad, tuvo, para conmigo, cuando fui a presentarle mis respetos. Pero sé cuánto vale su limitado tiempo en la dirección de este gran país, y vayan estas líneas que le expresarán cuán reconocido quedo a su gentileza. Mas, al partir, he de manifestarle un vivo deseo: y es el de consagrar, a la República Argentina, que es, para mí, como lo sabe S.E., una segunda patria, lo que yo pueda, con mi nombre y mi pluma, en favor de su propaganda y de su influjo tanto en Europa como en los países de la América Latina. Mi antigua y cordial amistad con el Sr. Ministro Dr. Rodríguez Larreta, en París, me sería eficaz para documentación y medios de llevar a cabo mis propósitos, tanto más que él ha acogido, con entusiasmo, mi idea, y no esperaría sino la indicación del gobierno de S.E.

Con el Sr. Ministro Bosch, cuando estaba en París, hace ya tiempo, hablamos sobre esto; y él, con su claro criterio, estaba en la mejor disposición, mas tuve que partir enseguida, con la legación de mi país, a España.

Ojalá, Sr. Presidente, pueda llenar mis deseos. Y, con la mayor consideración y respeto, espero quiera siempre considerarme como su atento y S.S. y amigo

R.D.



  —63→  

ArribaAbajoLa redacción del álbum sobre la Marina de Guerra (Argentina)41

París, Diciembre de 1912.

Sr. Almirante D. Juan Pablo Sáenz Valiente,

Ministro de la Marina Argentina

Buenos Aires.

Sr. Ministro y muy distinguido amigo:

Desde que me encuentro de nuevo en París, he revisado cuanto documento me ha sido posible, para sacar de ellos los materiales necesarios para la redacción del Álbum sobre la Marina de Guerra, que Ud. ha tenido la amabilidad de confiarme. Entre los estudios notables y explícitos que he encontrado, uno me parece sobre manera aprovechable, y es el del teniente de Navío Sr. Albarracín publicado en el número extraordinario de LA NACIÓN que conmemora el Centenario. Contando con este estudio, tengo, además, un inventario muy completo según todas las informaciones, de las unidades de la Marina Argentina, especificando el tonelaje, velocidad, manga, etc., de cada navío. Para que Ud. vea si mis informaciones son exactas, le mencionaré aquí estas unidades: 4 cruceros acorazados, 1 acorazado, 4 guardacostas, 3 cruceros, 3 cañoneros, 2 contra-torpederos, 3 destroyers, 8 torpederos, 7 transportes, 7 avisos, 1 fragata-escuela y 1 hidrógrafo. Enumero, también, más adelante, las unidades en construcción, o sea 2 dreadnoughts y 12 destroyers.

Esta enumeración y el estudio antedicho, es todo cuanto aprovechable me he podido procurar.

Para empezar el trabajo, necesitaría, pues, que Ud. tuviera la amabilidad, en primer lugar, de comunicarme un plano suscinto de las materias que deben formar el Álbum, y procurarme los documentos que para ello me sean necesarios, indicándome, después, la extensión del trabajo, es decir, a grosso modo, el número de páginas de texto que debe tener y el de grabados, y facilitarme después las fotografías que se deben reproducir en él.

  —64→  

Posiblemente, el texto irá precedido de unas palabras, sobre la Marina Argentina, de Sir Charles Beresford o de otro almirante europeo.

Le rogaré, al mismo tiempo, tenga Ud. a bien indicarme el número de ejemplares que se deberán tirar del Álbum, después que se haya publicado como suplemento del magazine MUNDIAL.

Yo opino que sería muy conveniente, aprovechando los grabados, hacer una edición en inglés y otra en francés, pero, sobre todo, en inglés, a fin de dar a conocer, en Europa y en Estados Unidos, la importancia de la flota argentina.

Someto todas estas apreciaciones al esclarecido criterio de Ud. y esperando su grata contestación, reitérole las seguridades de mi consideración y afecto.

R.D.



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ArribaAbajoMis respetos a la musa42

París, Hoy Jueves.

Sr. D. Enrique Gómez Carrillo.

Querido Enrique:

Hasta hoy puedo contestarle a su amable última. Desolado por no haber comido el arroz de que ya me habló Cestero. Recibí el MERCURIO, pero no el recorte de EL LIBERAL. Si estoy mejor, dentro de pocos días, iré a presentar mis respetos a la musa y a charlar con Ud.

Ruégole me preste el libro del chileno. Y no haga la atrocidad de publicar mis cosas viejas, porque se publicarán sus artículos del CORREO DE LA TARDE, ¡de aquellos antaños! Y ponga un buen corrector de pruebas.

Muy suyo,

R.D.



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ArribaAbajoTodos somos, alguna vez, felices43

Sr. D. Enrique Gómez Carrillo.

Mi querido Enrique:

Contesto gustoso su última. Agradeciéndole mucho sus consejos, primeramente. (¡Como en cierto modo se parece Ud. a Saint Beuve, tunantón!) Le agradezco, asimismo, sus elogios, por mis pobres obras de ahora y de antaño. En cuanto a las simpatías que se me han manifestado en el Nuevo MERCURIO, no las he visto. Primero, porque Ud. me escribió, anunciándome que había recibido mucho no propiamente simpático, y me quiso ahorrar el verme mal tratado. Y segundo, porque la Admón. no me hizo el servicio más que del primer número. Voi-la.

Mucho le estimo la última parte y el ofrecimiento. Yo continuaré el mismo, en nuestra amistad intelectual. Por otra parte, nunca he hablado de cosas de su vida privada. Yo tengo, a ese respecto, ideas distintas. Si Ud. muere antes que yo, no digo que no hablaré, -siempre altamente-, de todo.

Como veo que es feliz -ahora sí, pues, Carrillo o le Bonheur!- me alegro. Todos somos, alguna vez, felices. Y quizá tenga yo mis horas bellas. Tomo nota de las señas y quedo, como siempre, suyo

R.D.



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ArribaAbajoYo no tengo la voluntad de ser yankee44

Mi querido Manuel Ugarte:

Ud. está al corriente de los actuales acaecimientos provocados en México, con motivo de mi llegada en representación diplomática de Nicaragua a las fiestas del Centenario de dicho país, y los comentarios que a este respecto hicieran, respectivamente, The Times de Londres, y la prensa de los E.U. de A.

El nuevo Gobierno de Nicaragua, en su violenta organización, no ha tenido tiempo, todavía, para enviarme mi carta de retiro como Ministro, ante la Corte de España. Pero, dudo que, según aseguran los diarios y afirman los orígenes de la revolución nicaragüense que ha colocado al nuevo Gobierno, Nicaragua será una dependencia norteamericana. Y como yo no tengo la voluntad de ser yankee, y como la República Argentina ha sido para mí la Patria intelectual, y como, cuando publiqué mi Canto a la Argentina, la prensa de ese amado país pidió para mí la ciudadanía argentina, quiero, debo y puedo ser ciudadano argentino.

Como Ud., mi querido amigo, ha hecho por nuestra América Latina mucho, le comunico mi determinación.

Ud. sabe lo que yo he amado el Río de la Plata y yo sé que allí todo el mundo aprobaría mi preferencia por El Sol del Sur ante Las Estrellas del Norte.

Rubén Darío



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ArribaAbajoEl recuerdo de la sociedad salteña45

«MUNDIAL Elegancias»

-Magazine-

ADRESSE TELEGRAPHIQUE 6 CITE PARADAIS

TELEPHONE

SANTIAGUIDO- PARIS- 300.36-

PARIS

Alfred et Armond Guido

Sr. Domingo Devoto Salto

Sr. Presidente:

Suplícole saludar a la gentil sociedad del Salto que ha sido tan generosa con mi personalidad.

Habría deseado asistir a esta fiesta de cordialidad social que se ha querido ofrecer al poeta extranjero. Un exceso de labor me impide hacerlo, pero nada podría impedir las palabras de gratitud con que correspondo a tan brillante manifestación.

Fraternizo mi nombre con el de Alfredo Guido, mi compañero en esta visita iberoamericana, y cuya familia en este país, cuenta con tantas simpatías y que como es sabido, en unión de su hermano Armando, se junta conmigo en una empresa de intelectualidad y de progreso dos veces continental.

Él, asistiendo a este acto, lleva mi representación y ruégole Señor Presidente, quede expresada por su respetuosa palabra, ante la selecta concurrencia, la absoluta seguridad de que el recuerdo de la sociedad salteña perdurará en mí, por toda la vida.

Rubén Darío



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