Literatura y política, los dos oficios compartidos en la vida de Sergio Ramírez tienen que ver con la historia convulsa de su país, controlado durante muchos años por la dinastía de la familia Somoza. Disfrutaba de una beca literaria en Alemania cuando decidió regresar para integrarse a la revolución que derrocaría al somocismo. Alejado de la política desde 1994 y recuperado definitivamente para la literatura, tiene a Nicaragua como escenario fundamental de su narrativa y al poder como tema principal. La página presenta una amplia muestra de su obra (cuentos, novelas, ensayos, testimonios, artículos, crítica literaria y otros libros de difícil clasificación), anclada en su país pero de valores universales, en la que puede rastrearse la historia reciente de Nicaragua desde la perspectiva de personajes normales, a modo de crónica de la historia no oficial. Conocer los resortes del poder desde dentro, junto a una prodigiosa imaginación y una no menos prodigiosa memoria, le han permitido convertir en verosímiles sus mentiras creativas y presentar un eficaz imaginario sobre poder y corrupción, desde un realismo renovado como parte del movimiento de la narrativa latinoamericana de la segunda mitad del siglo pasado, en un intento declarado y consciente de rescatar la literatura centroamericana y situarla en el mundo.
Yo me reconozco en la calidad doble del intelectual que imagina y también piensa, que inventa y a la vez predica, que no pone freno a la creación, pero tampoco a la calidad ética de su escritura, una calidad que viene desde aquellos intelectuales ilustrados de la época de la independencia, que también eran escritores y filósofos, y que tanto tuvieron que ver con las ideas que engendraron las luchas libertarias.
Sergio Ramírez, «La pasión crítica (Los intelectuales ante el espejo de su tiempo)»