Escena I
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REY,
MONZÓN.
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REY | Acaso extraño el partido | | os parecerá, Monzón, | | que tomo en esta ocasión; | | empero está decidido. | | Quiero que hoy mismo en los brazos | 5 | de su esposo, la condesa | | quede, aunque doña Teresa | | quisiera apretar sus lazos. | | Que es doña Sancha mi tía | | y esto a mí me corresponde, | 10 | como antes prender al conde | | también me correspondía. | | No se manche nuestra gloria, | | pues dirán que peleamos | | con valor, porque gozamos | 15 | de ventaja tan notoria. | | Aquesta intención aquí | | me trae, que a mí me toca | | hacer que ella de mi boca | | lo venga a entender así. | 20 | A vos, Monzón, caballero | | el más ilustre de todos, | | pues la sangre de los godos | | nos enlaza a entrambos, quiero | | fiar esta comisión. | 25 | Con otros ciento escogidos | | caballeros, y vestidos | | ricamente, de León | | saldréis en noble cortejo; | | en una rica hacanea | 30 | vaya la condesa, y sea | | presto; la elección os dejo | | de los que con vos han de ir: | | sólo a don Nuño mandé, | | supuesto que no os hallé, | 35 | diese orden de prevenir | | lo necesario, y ahora | | que estará lo más dispuesto, | | decid qué os parece de esto | | que ha de hacerse antes de un hora. | 40 |
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MONZÓN | En nada, señor, pudierais | | emplear más bien mi celo; | | pluguiera, gran rey, al cielo | | que así la paz consiguierais. | |
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REY | No: ¿qué es la paz? No;
partid, | 45 | empero que no imagine, | | aunque a ello mi acción le incline | | a mi contrario decid | | que en trueco la paz pretendo, | | sino que quiero orgulloso | 50 | vencerle en lo generoso, | | cual caballero cumpliendo. | | Decidlo así. |
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REY | Que yo a tomar | | voy mis armas, y a mandar | 55 | la defensa con valor | | tan luego como a mi tía | | ponga en libertad. |
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MONZÓN | Forzoso | | ha de ser, pues temeroso | | nos amanece este día. | 60 | Los leoneses débilmente | | se defienden; en los muros | | se encierran, donde seguros | | aun no se creen: al frente | | de los suyos, victorioso, | 65 | bañado en la sangre nuestra, | | y dueño de la palestra | | el conde queda orgulloso. | |
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REY | Pues imagino en verdad | | que cuando mire amparadas | 70 | de las murallas alzadas | | que defienden la ciudad | | nuestras numerosas haces, | | a retirar tocará, | | y aunque pienso que no hará | 75 | hasta vengarse las paces, | | no osará entrar con su gente, | | cansada ya, los torreones. | | Recogerá sus pendones | | y obrará más cautamente. | 80 | Mas don Nuño apresurado | | llega aquí, torvo el semblante; | | ¡Si osará el conde arrogante | | dar un ataque arriesgado! | |
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Escena II
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Dichos,
DON NUÑO.
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NUÑO | ¿Qué hacéis, señor,
aun aquí? | 85 | Al asalto con furor | | se dispone el vencedor. | | Nunca más fiero le vi. | |
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REY | ¿Y abandonáis, don Nuño, la
defensa? | |
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NUÑO | Gran rey, cuando arrimadas mil escalas | 90 | al fuerte muro de León, que tiembla, | | a ti y a tu corona amenazaban, | | logré a los nuestros rehacer: más grande | | encuentro, más feroz, señor, Simancas | | no le viera en sus campos; pero el conde | 95 | vale él solo por mil en las batallas. | | Como un coloso inmenso, infatigable | | entre la muchedumbre horrorizada | | fiero descuella, y filas de soldados | | derriba cada golpe de su lanza. | 100 | Más terrible a los moros en Clavijo | | no apareció Santiago por España. | | Yo le miro lidiar, miro a los míos | | y se hiela en mi pecho la esperanza. | | De repente a los muros un heraldo | 105 | llega pidiendo hablar; entonces para | | el sangriento combate; un mensajero | | Fernán González a tu Alteza manda. | | La paz propone, pero quiere al punto | | que la condesa de tus hierros salga. | 110 | Y puesto, dice, que tan mal su afecto | | en tan triste ocasión don Sancho pagas, | | el precio pide de su azor mudado | | y el caballo alfaraz que en las pasadas | | Cortes tú le compraste, como el pago | 115 | la escritura fijó; y de no, demanda | | que exenta su Castilla de tributos, | | sólo a su conde y rey le rinda parias, | | y no a los reyes de León ni Oviedo, | | que no tienen derechos a mandarla. | 120 | Esto pide, señor, y si lo niegas | | que hasta morir, combatirá, declara, | | o que en León no quede demolida | | ni piedra sobre piedra. |
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REY | Doña Sancha | | debe luego partir, pues que al efecto | 125 | os tengo ya a los dos órdenes dadas. | | La suma del azor y del caballo | | vosotros me diréis si he de pagarla. | | Un año ha trascurrido, ¿cuánto
monta? | |
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NUÑO | Mucho ha subido, y a pagar no
alcanzan | 130 | trescientos mil escudos. |
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REY | ¿Y en tal caso | | qué me aconsejas, Nuño? |
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NUÑO | Por desgracia | | ya es tarde: en cuanto supo vuestra madre | | que propuestas de paz el conde manda, | | al punto envió a decirle que don Sancho | 135 | sus pactos y sus paces despreciaba. | |
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NUÑO | Y ora de nuevo, | | más irritado que antes, a las armas | | torna feroz. Doña Teresa en tanto | | estorba a don Ortuño, ardiendo en rabia | 140 | las prevenciones que hace de orden mía | | para llevar al conde a doña Sancha. | |
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NUÑO | Y furibunda, loca, | | más que mujer, guerrero, con la espada | | que a un caballero le arrancó ella misma | 145 | defiende con los suyos esta entrada. | |
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REY | ¡Oh! ¿Qué mujer es esta? Don
Osorio, | | al momento marchad, y con la escuadra | | que encargada os está, las prevenciones | | andad a proteger para la marcha, | 150 | y por Sancha volveos; disculpadme | | con ella, si en persona acompañarla | | no puedo, que urge el tiempo; y a mi madre | | decid vos | (A
DON NUÑO.) | que don Sancho aquí la llama, | | y a las puertas tornad. Antes de mucho | 155 | defendiendo sus ínclitas murallas | | verá a su rey León; mas ella viene, | | desceñida la ropa, ensangrentada... | | Id, don Nuño. |
(Vase éste.)
| (¡Hasta cuándo mi paciencia | | fatigarás, oh madre, con tu audacia! | 160 |
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Escena
III
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REY,
DOÑA TERESA.
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REY | ¿Sois vos la que cuando mando | | contradice mis decretos? | | ¿Quién os dio, doña Teresa, | | contra mi poder derechos? | | ¿Quién os coronó en León? | 165 | ¿Qué significa ese acero? | | ¿O son esas, por ventura, | | armas de mujeres? |
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TERESA | ¡Cielos! | | ¿Qué lenguaje, Sancho, es ese? | | ¿Vos queréis enviar, es cierto, | 170 | a su esposo a doña Sancha? | | ¿Eso es gobernar el reino? | | Eso es, hijo fementido... | |
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REY | Poned a la lengua un freno, | | que si mi madre sois vos, | 175 | ved que yo soy el rey vuestro: | | porque tanto os he sufrido, | | no imaginéis que consiento | | que tengáis, reinando yo, | | las riendas vos del gobierno. | 180 | Y si no me obedecieseis | | de buen grado, allá veremos | | si para granjearme un día | | vuestro debido respeto | | faltan a mi pecho bríos | 185 | y en mis dominios conventos. | | Que ya al rostro se me asoma | | entre los años el vello, | | para tomar neciamente | | de una mujer los consejos. | 190 | o mande yo, o mandad vos, | | mirad que no disputemos | | el poder, que aunque tuvierais | | mayor partido entre el pueblo | | que el que tenéis, me parece | 195 | que a contrarrestar mi esfuerzo | | no fuerais bastante vos. | | A la estancia recogeos, | | y esperad en el palacio | | a que los hombres de esfuerzo | 200 | con su espada determinen | | la fortuna de los pueblos. | | Mejor le sienta la aguja | | a la mujer que el acero, | | que no se inventó la espada | 205 | para los oficios vuestros. | | Cesen ya, cesen de darme | | enojos vuestros excesos, | | que si ora me ata las manos | | con sus lazos el respeto, | 210 | pudiera ser que algún día | | olvidara lo que os debo. | | Cuando mejor que don Sancho | | sepáis en cualquier torneo | | correr cañas, o romper | 215 | una lanza con denuedo, | | y derribar del arzón | | con un bote a un caballero; | | cuando a vencer a los moros | | aprendáis en mil encuentros, | 220 | y a gobernar las naciones | | con el prudente consejo, | | venid a tomar entonces | | la dirección de mis reinos. | | Lo juro: entonces, señora, | 225 | por la vida que yo tengo, | | por el Dios que nos escucha, | | que la autoridad os cedo. | | Pero en inútiles quejas | | instantes preciosos pierdo, | 230 | y más la patria merece | | y más los leoneses pechos, | | que están vertiendo su sangre | | en defensa de mi cetro, | | que no tan vana querella | 235 | y tan loco devaneo. | | (Vase.) |
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Escena V
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DOÑA TERESA,
ALCAIDE.
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TERESA | ¿Qué es del conde de
Monzón? | | ¿Por doña Sancha no ha vuelto | | como el rey dejó mandado? | |
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ALCAIDE | Nadie ha llegado, y me temo | 255 | que apretando el cerco el conde | | haya dejado ese empeño | | inútil ya, a la defensa, | | que es más urgente, acudiendo. | |
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TERESA | ¿Tan aprisa el conde vence? | 260 |
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ALCAIDE | Es tan grande su denuedo | | que es vana la resistencia: | | crece por puntos el riesgo, | | y aún más, porque en la ciudad | | partido en bandos el pueblo, | 265 | quien el alcázar defiende, | | quien el muro, y quien dispuesto | | en favor del conde acude | | a abrirle las puertas. |
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TERESA | ¡Cielos! | | ¿Y que esto mis ojos vean | 270 | y triunfe Castilla? |
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ALCAIDE | Dentro | | de las calles ya se han visto | | castellanos, los primeros | | que valientes se han echado | | desde el muro, si bien presto, | 275 | por ser pocos, han pagado | | su temerario ardimiento. | | Mas imitado de muchos | | este valeroso ejemplo, | | poco tiempo el rey, por más | 280 | que le ayuden sus guerreros, | | disputará la victoria | | a los castellanos fieros | | que como leones combaten. | |
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TERESA | No me ha de sobrar el tiempo. | 285 | ¿Hiciste lo que encargado | | te dejé? |
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ALCAIDE | Señora, ciego | | obedecí tus mandatos. | |
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TERESA | En buen hora: vamos presto. | | La condesa sale aquí. | 290 | Déjala; no tardaremos | | en volver. Corre. ¡Insensata! | | El conde podrá vencernos; | | pero yo sabré, vencida, | | morir vengada a lo menos. | 295 | (Vase.) |
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Escena
VII
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DOÑA SANCHA,
DOÑA TERESA,
ALCAIDE.
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SANCHA | ¿Quién se acerca en esta
oscura | | mansión? Pero ¡oh Dios! ¿Qué
veo? | |
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TERESA | ¡Vive Dios! Que mientras más | 320 | la miro, más la aborrezco. | |
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SANCHA | ¡Qué aparato cruel!
¿Qué es lo que intentas? | | ¿Qué pretendes de mí? ¡Qué
aspecto! ¿Callas? | | ¿Qué es de mi esposo, dime?
¿Todavía | | no es del rey vencedor? |
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SANCHA | ¡Ay! Habla. | 325 | Sí, ya lo veo; tu feroz sonrisa | | harto claro me explica su tardanza. | | ¿Es vencido? ¿Le han muerto? No te
acerques. | | ¿Qué intención...? Esa copa... tus
miradas... | | gran Dios, ampara mi inocencia! |
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TERESA | ¿Tiemblas? | 330 | Pronto no temblarás. |
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TERESA | ¡Feroces, como yo! Pues que los lazos | | nos unen de la sangre y nos hermana, | | quiero yo nuestro amor también con sangre | | nuestra sellar. ¿Entiendes? Pues ya tardas. | 335 |
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SANCHA | ¡Qué horror! ¿Qué es
lo que has dicho? ¡Rey Don Sancho! | | ¡Don Sancho! Nadie me oye... |
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TERESA | Bien guardadas | | por mis gentes estamos. ¡Ea!, presto, | | si entre viles martirios en la plaza | | no quieres a un verdugo dar tu vida: | 340 | elige: o el veneno o esa daga. | | Aun te doy a elegir. |
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TERESA | En balde | | ruegas. Presto ha de ser: elige y calla | | para siempre. |
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SANCHA | ¡Morir! ¡Ahora, en los años | | en que todo a vivir me convidaba! | 345 | ¡Ay!, yo tiemblo morir... Tente ¡infelice! | | (Cae abrazada a sus rodillas.) |
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TERESA | ¿Pretendes que yo misma,
desgraciada...? | |
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SANCHA | ¡Fernán González! Deja que a
mi esposo | | pueda en mis brazos estrechar.. Aguarda | | siquiera a que le vea... Dime al menos | 350 | qué es de él... |
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TERESA | (Mucho tardamos. Engañarla | | quiero, y que expire de dolor.) ¿Pensaste, | | necia, que si tu esposo respirara, | | y vencernos pudiese, yo a su esposa | | matara, exasperándole en su saña? | 355 | ¿Por dónde imaginó con un
puñado | | de hombres, de Sancho resistir las armas? | | Sin esperar cerrado entre sus muros | | a tan débil contrario, la campaña | | corrió ardiente en su busca el hijo mío: | 360 | presto lo escarmentó. Sola, en la plaza | | yo encargada quedé. Juzga tú ahora | | si está escrito allá arriba, que a la
helada | | tumba desciendas hoy a reunirte | | con tu difunto esposo, que te llama. | 365 |
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TERESA | (Mas, ¿qué rumor? Fáltame el
tiempo.) | |
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SANCHA | Dame la copa. ¡Por piedad, hermana! | | Dámela presto ya..., yo te lo pido... | | Toda la apuraré. |
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TERESA | Toma y acaba. | | (Más cerca ya el rumor... ¿será
que?) |
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(Se oyen voces.)
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TERESA | No, no te halague un resto de esperanza. | | Esos los gritos son de los leoneses | | que tornan, y con vivas la pasada | | victoria solemnizan. |
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(Al decir esto y llegar la copa a sus labios,
se oye un gran estruendo y entra el primero
FERNÁN GONZÁLEZ.
DOÑA SANCHA lo ve, deja caer la copa, y huye
a refugiarse en los brazos del
CONDE; al mismo tiempo que
DOÑA TERESA da varios pasos atrás para
coger la daga que tiene el
ALCAIDE y la persigue; pero se echan sobre ella los
castellanos de que se llena la escena.)
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FERNÁN | (Desde el fondo.) | ¡Sancha! ¡Sancha! | 375 |
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TERESA | No ha de valerte: muere... |
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SANCHA | ¡Esposo mío! | | (Queda en los brazos del
CONDE sin sentido.) |
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TERESA | ¡Oh rabia! No: dejadme... Sin venganza | | yo no anhelo vivir. Adiós, esposos | | a mi pesar felices! Fueron vanas | | mis diligencias todas. ¡Oh! Que el cielo | 380 | os maldiga a los dos, como en mi rabia | | yo os maldigo también: eternamente | | mi rencor a las furias os consagra. | |
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Escena
VIII
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El
CONDE,
DOÑA SANCHA,
DON GONZALO DÍAZ, castellanos, etc.
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SANCHA | (Volviendo en sí.) | ¿Eres tú, Fernán
González? | | ¿Tú entre mis brazos, mi dueño? | 385 |
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FERNÁN | Para nunca, Sancha mía, | | tornar a soltarme de ellos. | | Castellanos, reportaos, | | que ya el enemigo es nuestro. | | De nuestras invictas armas | 390 | ya está León todo lleno, | | y hasta el rey don Sancho gime | | de mis armas prisionero. | | De mi alazán generoso | | pues no satisface el precio | 395 | y del azor, haga en cambio | | dejación de sus derechos | | pretendidos a la silla | | de Castilla, y sea exento | | de hoy más todo castellano | 400 | de homenaje a León y Oviedo. | | Y pues que yo, por ser justa | | mi querella, no pretendo | | lo suyo, a nuestros hogares, | | castellanos, tornaremos. | 405 | Donde con mayores glorias | | brillen nuestros altos hechos, | | que bien merece Castilla, | | patria feliz, que tenemos, | | que la hagan dichosa y grande | 410 | nuestras virtudes y esfuerzos. | |
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