Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente





85

El Cid manda salir al encuentro



A mío Cid,          el Campeador contado,  1560
Dentro a Valencia,          le llevaban el mandado.
Alegre fue mío Cid,          como nunca más ni tanto,
Que de lo que más amaba          ya le viene el mandado.
Doscientos caballeros          mandó salir apresurados,
Que reciban a Minaya          y a las dueñas hijasdalgo.  1565
Él estaba en Valencia          cuidando y guardando,
Que bien sabe que Álvar Fáñez          trae todo recaudo.


86

Prevenciones para el recibimiento. Don Jerónimo organiza una procesión para recibir a las damas. El Cid corre a Babieca en un alarde de gozo. Encuentro con doña Jimena y sus hijas



He aquí todos estos          reciben a Minaya
Y a las dueñas y a las niñas          y a las otras compañas.
Mando mío Cid          a los que hay en su casa  1570
Que guardasen el alcázar          y las otras torres altas,
Y todas las puertas          y las salidas y las entradas,
Y le trajesen a Babieca,          poco hacía que le ganara;
Aún no sabía mío Cid,          el que en buena hora ciñó espada,
Si sería corredor          o si tendría buena parada.  1575
A la puerta de Valencia,          donde a su salvo estaba,
Ante su mujer y sus hijas,          quería jugar las armas.
Recibidas las dueñas,          con una honra extremada,
El obispo don Jerónimo          adelante se entraba;
Allí dejaba el caballo,          a la capilla se encaminaba;  1580
Con cuantos él puede,          que en los rezos se acordaran,
Sobrepellizas vestidas          y con cruces de plata,
Salían a recibir a las dueñas          y al bueno de Minaya.
El que en buena hora nació          no lo retardaba:
Ensíllanle a Babieca,          coberturas le echaban;  1585
Mío Cid salió sobre él          y armas de fuste tomaba;
Vistiose el sobremanto,          luenga trae la barba;
Dio una corrida,          ésta fue tan extraña;
Por nombre Babieca,          el caballo cabalga;
Cuando hubo corrido,          todos se maravillaban:  1590
Desde ese día se preció Babieca          en cuan grande fue España.
Al cabo de la corrida,          mío Cid descabalgaba;
Se dirigió a su mujer          y a sus hijas ambas.
Cuando lo vio doña Jimena,          aprisa se le echaba:

Jimena

¡Merced, Campeador,          en buena hora ceñisteis espada!  1595
Sacado me habéis          de muchas vergüenzas malas.
Heme aquí, señor,          yo y vuestras hijas ambas;
Con Dios y con vos          buenas están y criadas.

Narrador

A la madre y a las hijas          bien las abrazaba;
Del gozo que tenían          de los sus ojos lloraban.  1600
Todas las sus mesnadas          en gran deleite estaban;
Armas teniendo          y tablados quebrantando.
Oíd lo que dijo          el Campeador contado:

Cid

Vos, querida y honrada mujer          y mis hijas ambas,
Mi corazón          y mi alma,  1605
Entrad conmigo          en Valencia la casa,
En esta heredad          que os tengo ganada.

Narrador

Madre e hijas          las manos le besaban;
Con tan gran honra,          ellas en Valencia entraban.
Se dirigió mío Cid          con ellas al alcázar.  1610


87

Suben las damas al alcázar y contemplan la ciudad y sus alrededores



Allá las subía,          al más alto lugar.
Ojos bellidos          catan a todas partes;
Miran a Valencia,          cómo yace la ciudad;
Y, de la otra parte,          a ojo tienen el mar;
Miran la huerta,          frondosa es y grande;  1615
Alzan las manos          para a Dios rogar
Por esta ganancia          cómo es buena y grande
Mío Cid y sus compañas          con tan gran sabor están.
El invierno es ido          que marzo quiere entrar;
Deciros quiero nuevas          de la otra parte del mar,  1620
De aquel rey Yusuf,          que en Marruecos está.


88

El rey de Marruecos viene a conquistar Valencia



Pesole al rey de Marruecos          de mío Cid don Rodrigo:

Yusuf

Que en mis heredades          fuertemente se ha metido
Y él no se lo agradece          sino a Jesucristo.

Narrador

Aquel rey de Marruecos          juntaba sus efectivos;  1625
Con cincuenta mil de armas          todos fueron cumplidos;
Entraron sobre mar,          en las barcas son metidos;
Van a buscar a Valencia          a mío Cid don Rodrigo;
Arribado han las naves,          afuera eran salidos.


89

Las tropas de Marruecos acampan frente a Valencia



Llegaron a Valencia,          la que mío Cid ganado había;  1630
Hincaron las tiendas          y posan las gentes descreídas.
Estas nuevas          a mío Cid eran venidas.


90

Alegría del Cid y temor de doña Jimena. El Cid goza ya de la victoria que le proporcionará rico botín que ofrecerá a su mujer


Cid

¡Gracias al Criador          y al Padre espiritual!
Todo el bien que yo he          todo lo tengo delante:
Con afán gané Valencia          y hela por heredad;  1635
A menos de muerte,          no la puedo dejar.
¡Gracias al Criador          y a santa María Madre,
Mis hijas y mi mujer          que las tengo acá!
Venido me ha delicia          de tierras de allende el mar;
Entraré en armas,          no lo podré dejar;  1640
Mis hijas y mi mujer          me verán lidiar;
En estas tierras ajenas,          verán las moradas cómo se hacen;
Harto verán por los ojos          cómo se gana el pan.

Narrador

A su mujer y a sus hijas,          subiolas al alcázar;
Alzaban los ojos,          tiendas vieron hincadas:  1645

Jimena

¿Qué es esto, Cid?          ¡Así el Criador os salve!

Cid

¡Ya, mujer honrada,          no tengáis pesar!
Riqueza es que nos acrece          maravillosa y grande;
A poco que vinisteis,          presente os quieren dar;
Por casar son vuestras hijas,          os traen ajuar.  1650

Jimena

A vos lo agradezco, Cid,          y al Padre espiritual.

Cid

Mujer, estad en este palacio          y, si quisiereis, en el alcázar;
No tengáis pavor          porque me veáis lidiar;
Con la merced de Dios          y de santa María Madre,
Créceme el corazón          porque estáis delante;  1655
Con Dios, esta lid          yo la he de ganar.


91

El Cid tranquiliza a su mujer y a las dueñas, y hace votos por la victoria


Narrador

Hincadas son las tiendas          y aparecen los albores;
Con una gran prisa,          tañían los tambores.
Alegrábase mío Cid y dijo:

Cid

¡Tan buen día es hoy!

Narrador

Miedo tiene su mujer          y quiérele quebrar el corazón;  1660
Así pasaba a las dueñas          y a sus hijas ambas a dos;
Desde el día que nacieran,          no vieran tal tremor.
Tomose la barba          el buen Cid Campeador:

Cid

No tengáis miedo          que todo es en vuestra pro;
Antes de quince días,          si pluguiere al Criador,  1665
Aquellos tambores a vos los pondrán delante          y veréis cuáles son;
Después han de ser          del obispo don Jerónimo,
Los colgarán en Santa María          Madre del Criador.

Narrador

Es promesa que hizo          el Cid Campeador.
Alegres están las dueñas,          perdiendo van el pavor.  1670
Los moros de Marruecos          cabalgan con vigor;
Por las huertas adentro,          están sin pavor.


92

Primeros enfrenamientos



Violo el atalaya          y tañó la esquila;
Prestas están las mesnadas          de las gentes cristianas;
Prepáranse de corazón          y salen de la villa;  1675
Do se hallan con los moros,          acometíanlos tan aína;
Sácanlos de las huertas          de muy fea guisa.
Quinientos mataron de ellos          cumplidos en ese día.


93

Álvar Salvadórez cae prisionero. El Cid prepara el plan de batalla



Bien hasta las tiendas          dura este alcance;
Mucho habían hecho,          piensan en cabalgar;  1680
Álvar Salvadórez,          preso quedó allá.
Han tornado a mío Cid          los que comían su pan;
Él se lo vio con los ojos,          cuéntanselo delante.
Alegre está mío Cid          por cuanto hecho han:

Cid

Oídme, caballeros,          que por nada quedará;  1685
Hoy es día bueno          y mañana mejor será;
Por la mañana temprano,          todos armados seáis;
Decirnos ha la misa          y pensad en cabalgar;
El obispo don Jerónimo          absolución nos dará;
Los atacaremos en el nombre del Criador          y del apóstol Santi Yague;  1690
Más vale que nos los venzamos          que ellos cojan el pan.

Narrador

Entonces dijeron todos:

Caballeros

De amor y de voluntad.

Narrador

Hablaba Minaya,          no lo quiso retardar:

Minaya

Pues eso queréis,          Cid, a mí algo mandad:
Dadme ciento treinta caballeros          para poder lidiar;  1695
Cuando vos los fuereis a herir,          entraré yo por la otra parte;
O de ambas o de la una,          Dios nos valdrá.

Narrador

Entonces dijo el Cid:

Cid

De buena voluntad.


94

El obispo don Jerónimo celebra la misa, da la absolución al ejército cristiano y pide los primeros golpes frente al enemigo


Narrador

Ese día ha pasado          y la noche es entrada;
No se retardan en prepararse          esas gentes cristianas.  1700
A los mediados gallos,          antes de la mañana,
El obispo don Jerónimo          la misa les cantaba;
La misa dicha,          gran absolución les daba:

Don Jerónimo

El que aquí muriere,          lidiando de cara,
Le perdono yo los pecados          y Dios le habrá el alma.  1705
A vos, Cid don Rodrigo,          en buena hora ceñisteis espada,
Yo os canté la misa          en esta mañana;
Pídoos una gracia          y séame presentada:
Las heridas primeras          que las tenga yo otorgadas.

Narrador

Dijo el Campeador:
Desde aquí os sean mandadas.
 1710


95

Se entabla la batalla. Yusuf es derrotado. Captura de un rico botín. El Cid dota a las dueñas y reserva la tienda de Yusuf para el rey Alfonso


Narrador

Por las torres de Valencia,          salidos son todos armados;
Mío Cid a los sus vasallos          tan bien los va aconsejando;
Dejan en las puertas          hombres de gran recaudo.
Dio salto mío Cid          sobre Babieca el su caballo;
De todas las guarniciones,          muy bien está preparado.  1715
La enseña sacan fuera,          de Valencia dieron salto;
Cuatro mil menos treinta          con mío Cid van a cabo;
A los cincuenta mil,          vanlos a herir de grado;
Álvar Álvarez y Minaya Álvar Fáñez          entráronles del otro cabo;19  1720
Plugo al Criador          y pudieron derrotarlos.
Mío Cid rompió la lanza,          a la espada metió mano;
A tantos moros mata          que no fueron contados;
Por el codo abajo          la sangre destellando.
Al rey Yusuf,          tres golpes le hubo dado;  1725
Saliósele de su espada,          que le anduvo mucho el caballo;
Metiósele en Cullera,          un castillo palaciano;
Mío Cid el de Vivar          hasta allí en alcance ha llegado;
Con otros que le siguen          de sus buenos vasallos.
El que en buena hora nació          desde allí se ha tornado;  1730
Muy alegre estaba          de lo que han ganado;
Allí preció a Babieca          de la cabeza hasta el cabo.
Toda esta ganancia          en su mano ha quedado.
Los cincuenta mil          por cuenta fueron notados;
No escaparon          más de ciento cuatro.  1735
Las mesnadas de mío Cid          robado han el campo;
Entre oro y plata          hallaron tres mil marcos;
De las otras ganancias,          no había recaudo.
Alegre estaba mío Cid          y todos sus vasallos,
Que Dios les hubo merced          que vencieron el campo.  1740
Cuando al rey de Marruecos          así lo han derrotado,
Dejó a Álvar Fáñez          para saber todo recaudo.
Con cien caballeros          a Valencia ha entrado;
Fruncida trae la cara,          que estaba desarmado;
Así entró sobre Babieca,          la espada en la mano.  1745
Recibíanlo las dueñas,          que lo están esperando;
Mío Cid se hincó ante ellas,          tuvo la rienda al caballo:

Cid

A vos me humillo, dueñas,          gran prez os he ganado;
Vos teniendo Valencia          y yo vencí en el campo.
Esto Dios lo quiso          con todos los sus santos,  1750
Cuando, en vuestra venida,          tal ganancia nos ha dado.
¿Veis la espada sangrienta          y sudando el caballo?
De esta manera se vencen          los moros en el campo.
Rogando al Criador          que os viva algún año,
Conseguiréis prez          y besarán vuestras manos.  1755

Narrador

Esto dijo mío Cid          bajando del caballo.
Cuando le vieron de pie,          que había descabalgado,
Las dueñas y las hijas          y la mujer que vale algo
Delante del Campeador          los hinojos hincaron:

Jimena

¡Estamos a vuestra merced          y viváis muchos años!  1760

Narrador

Juntamente con él          entraron al palacio
E iban a posar con él          en unos preciosos escaños.

Cid

Ya, mujer doña Jimena,          ¿no me lo habíais rogado?
Estas dueñas que trajisteis,          que os sirven tanto,
Quiero casarlas          con estos mis vasallos;  1765
A cada una de ellas,          les doy de plata doscientos marcos;
Que lo sepan en Castilla,          a quién sirvieron tanto.
Lo de vuestras hijas          se tratará más despacio.

Narrador

Levantáronse todas          y le besaron las manos;
Grande fue la alegría          que hubo en el palacio;  1770
Como lo dijo el Cid,          así lo han acabado.
Minaya Álvar Fáñez          fuera estaba en el campo
Con todas estas gentes          escribiendo y contando;
Entre tiendas y armas          y vestidos preciados,
Tanto hallan de esto          que es muy extremado.  1775
Os quiero decir          lo que es más granado:
No pudieron ellos saber          la cuenta de todos los caballos
Que andan descarriados          y no hay quien pueda tomarlos;
Los moros de las tierras          allí se han ganado algo.
A pesar de todo esto,          al Campeador contado,  1780
De los buenos y otorgados,          cayéronle mil quinientos caballos;
Cuando a mío Cid          cayeron tantos,
Los otros bien pueden          quedar pagados.20
¡Tanta tienda preciada          y tanto tendal labrado
Que ha ganado mío Cid          con todos sus vasallos!
La tienda del rey de Marruecos,          que de las otras es cabo,  1785
Dos tendales la sufren,          con oro son labrados;
Mandó mío Cid Ruy Díaz,          que hincada estuviese la tienda en el campo
Y no la quitase          de allí cristiano.

Cid

Tal tienda como ésta,          que de Marruecos ha pasado,
Enviarla quiero          a Alfonso el castellano,  1790
Que creyese sus nuevas          de mío Cid que tenía algo.

Narrador

Con estas riquezas tantas          a Valencia han entrado.
El obispo don Jerónimo,          caboso coronado,
Cuando está harto de lidiar          con ambas las sus manos,
No tiene en cuenta          los moros que ha matado;  1795
Lo que le caía a él          era muy sobejano.
Mío Cid don Rodrigo,          el Campeador contado,
De toda la su quinta,          el diezmo le ha mandado.


96

El Cid manda nuevos presentes al Rey



Alegres están en Valencia          las gentes cristianas;
¡Tantos haberes tenían          de caballos y de armas!  1800
Alegre está doña Jimena          y sus hijas ambas,
Y todas las otras dueñas          que tienen por casadas.
El bueno de mío Cid          no lo tardó por nada:

Cid

¿Dónde estáis, caboso?          Venid acá, Minaya.
De lo que a vos cayó,          vos no agradezcáis nada.  1805
De esta mi quinta,          os digo sin falla,
Prended lo que quisiereis,          lo otro me basta;
Y mañana por la mañana          os iréis sin falla
Con caballos de esta quinta,          que yo tengo ganada,
Con sillas y con frenos          y con sendas espadas,  1810
Por amor de mi mujer          y de mis hijas ambas;
Porque así las envió          donde ellas son pagadas,
Estos doscientos caballos          irán en manda,
Que no diga mal el rey Alfonso          del que Valencia manda.

Narrador

Mandó a Pero Bermúdez          que fuese con Minaya.  1815
Otro día de mañana,          aprisa cabalgan
Y doscientos hombres          llevan en su compaña
Con saludos del Cid          que las manos le besaba:
De esta lid que ha ganado          doscientos caballos en presente le enviaba.

Cid

Y lo serviré siempre          mientras que tuviese el alma.  1820


97

Minaya y Pero Bermúdez viajan a Castilla


Narrador

Salidos son de Valencia,          y piensan en andar;
Tales ganancias traen          que se han de custodiar.
Andan los días y las noches,          que vagar no se dan,
Y han pasado la sierra          que las otras tierras parte.
Por el rey don Alfonso,          empiezan a preguntar.  1825


98

Encuentran al rey en Valladolid



Pasando van las sierras          y los montes y las aguas;
Llegan a Valladolid,          do el rey Alfonso estaba.
Enviábanle mandado          Pero Bermúdez y Minaya
Que mandase recibir          a esta compaña;
Mío Cid el de Valencia          sus presentes le enviaba.  1830


99

El Rey recibe con benevolencia la embajada. García Ordóñez no puede reprimir la envidia



Alegre fue el Rey          como no visteis tanto;
Mandó cabalgar aprisa          a todos sus hijosdalgo,
Y, entre los primeros,          el Rey fuera dio salto
A ver esos mensajes          del Campeador contado.
Los infantes de Carrión,          sabed, allí se hallaron  1835
Y el conde don García,          su enemigo malo.
A los unos place          y a los otros va pesando.
A la vista los tenían          a los del Campeador contado.
Piensan que es cabalgada          pues no vienen con mandado.
El rey don Alfonso          estábase santiguando.  1840
Minaya y Pero Bermúdez          adelante han llegado;
Echáronse a tierra          bajaron de los caballos;
Ante el rey Alfonso,          los hinojos hincados,
Besan la tierra          y los pies ambos:

Minaya y Pero Bermúdez

¡Merced, rey Alfonso,          sois tan honrado!  1845
Por mío Cid el Campeador          todo esto os besamos;
A vos llama por señor          y tiénese por vuestro vasallo;
Mucho aprecia el Cid          la honra que le habéis dado.
Pocos días hace, Rey,          que una lid ha ganado
A aquel rey de Marruecos,          Yusuf por nombrado,  1850
Con cincuenta mil,          arrancolos del campo.
Los haberes que hizo          son muy sobejanos;
Ricos han venido          todos los sus vasallos;
Y os envía doscientos caballos          y os besa las manos.

Narrador

Dijo el rey don Alfonso:

Rey

Recíbolos de grado.
 1855
Agradézcolo a mío Cid          que tal don me ha enviado.
Aún vea la hora          que de mí sea pagado.

Narrador

Esto plugo a muchos          y besáronle las manos.
Pesó al conde don García          y estaba muy airado;
Con diez de sus parientes,          aparte daban salto:  1860

Don García

¡Maravilla es del Cid          que su honra crece tanto!
Con la honra que él tiene          nos seremos afrentados;
Por vencer tan fácilmente          a los reyes en el campo,
Como si los hallase muertos,          ganarse los caballos.
Por esto que él hace,          nos tendremos menoscabo.  1865


100

El Rey honra a los mensajeros del Cid


Narrador

Habló el rey don Alfonso          y dijo esta razón:

Rey

Agradezco al Criador          y al señor san Isidro el de León:
Estos doscientos caballos          que me envía mío Cid.
Mi reino en adelante          mejor me podrá servir.
A vos, Minaya Álvar Fáñez          y a Pero Bermúdez aquí,  1870
Mándoos los cuerpos          honradamente servir y vestir,
Y guarneceros de todas armas          como vos quisiereis aquí;
Que bien parezcáis          ante Ruy Díaz mío Cid;
Os doy tres caballos          y prendedlos aquí.
Así como semeja          y la voluntad me lo dice,  1875
Todas esta nuevas          para bien habrán de venir.


101

Los infantes de Carrión piden las manos de las hijas del Cid


Narrador

Besáronle las manos          y entraron a posar;
Bien los mandó servir          de cuanto menester han.
De los infantes de Carrión          yo os quiero contar,
Hablando en consejo          con todo secreto están:  1880

Infantes

La nuevas de mío Cid          muy adelante van;
Demandemos sus hijas          para con ellas casar;
Creceremos en nuestra honra          e iremos adelante.

Narrador

Venían al rey Alfonso          con esta puridad:


102

Los infantes de Carrión proponen al Rey la solicitud de matrimonio con las hijas del Cid. El Rey trata el asunto con Minaya y Pero Bermúdez, y pide vistas con el Cid, que comunica por escrito la respuesta al Rey


Infantes

Merced os pedimos,          como a Rey y a señor natural;  1885
Con vuestro consejo          lo queremos hacer nos,
Que nos demandéis          las hijas del Campeador;
Casar queremos con ellas          a su honra y a nuestra pro.

Narrador

Una gran hora          el Rey pensó y meditó:

Rey

Yo eché de tierra          al buen Campeador,  1890
Y, haciendo yo a él mal          y él a mí gran pro,
Del casamiento          no sé si tendrá sabor;
Mas, pues vos lo queréis,          entremos en la razón.

Narrador

A Minaya Álvar Fáñez          y a Pero Bermúdez,
El rey don Alfonso          entonces los llamó;  1895
A una cuadra,          él los apartó:

Rey

Oídme, Minaya,          y Pero Bermúdez, vos:
Sírveme mío Cid,          el Campeador,
Él lo merece          y de mí tendrá perdón;
Viniéseme a vistas          si de ello hubiese sabor.21
Otros mandados hay          en esta mi corte:  1900
Diego y Fernando,          los infantes de Carrión,
Sabor han de casar          con sus hijas ambas a dos;
Sed buenos mensajeros          y ruégooslo yo
Que se lo digáis          al buen Campeador:
Habrá con ello honra          y crecerá en honor  1905
Por consagrar          con los infantes de Carrión.

Narrador

Habló Minaya          y plugo a Pero Bermúdez:

Minaya

Se lo rogaremos          lo que decís vos;
Después, haga el Cid          lo que hubiere sabor.

Rey

Decid a Ruy Díaz,          el Campeador contado,  1910
Que le iré a vistas          donde fuere aguisado;
Donde él dijere,          allí sea el mojón.
Favorecerle quiero          a mío Cid en toda pro.

Narrador

Despedíanse del Rey;          con esto, tornados son.
Van para Valencia          todos cuantos ellos son.  1915
Cuando lo supo          el buen Campeador,
Aprisa cabalga,          a recibirlos salió;
Sonriose mío Cid          y bien los abrazó:

Cid

¡Venís, Minaya,          y Pero Bermúdez, vos!
En pocas tierras          hay tales dos varones.  1920
¿Cómo son las nuevas          de Alfonso mi señor,
Si está contento          o recibió el don?

Narrador

Dijo Minaya:

Minaya

De alma y de corazón.;
Está contento          y os da su amor.

Narrador

Dijo mío Cid.

Cid

¡Gracias al Criador!
 1925

Narrador

Esto diciendo,          exponen la razón:
Lo que le rogaba          Alfonso el de León
De dar sus hijas          a los infantes de Carrión;
Que le reportaría ello honra          y crecería en honor;
Que se lo aconsejaba          de alma y de corazón.  1930
Cuando lo oyó mío Cid,          el buen Campeador,
Una gran hora          pensó y meditó:

Cid

Esto agradezco          a Cristo mi señor.
Echado fui de tierra          y perdido el honor;
Con gran afán gané          lo que tengo yo;  1935
A Dios lo agradezco          que del Rey tengo su amor
Y me piden mis hijas          para los infantes de Carrión.
Ellos son muy orgullosos          y tienen parte en la corte;
De este casamiento          no tendría sabor;
Mas, pues lo aconseja          el que más vale que nos,  1940
Hablemos de ello          y en la puridad estemos nos.
¡A fe Dios del cielo          nos acuerde en lo mejor!

Minaya

Con todo esto,          dijo Alfonso a vos
Que acudiría a vistas          donde hubiereis sabor;
Os querría ver          y daros su amor;  1945
Acordaríais vos después          en todo lo mejor.

Narrador

Entonces dijo el Cid:

Cid

Pláceme de corazón.

Minaya

Estas vistas          dónde las tendríais vos,

Narrador

Dijo Minaya,

Minaya

vos sed sabedor.

Cid

No fuera maravilla          si quisiese el rey Alfonso,  1950
Hasta do lo hallásemos          lo buscaríamos nos,
Para darle gran honra,          como a Rey y señor.
Mas, lo que él quisiere,          eso queramos nos:
Sobre el Tajo,          que es un río mayor,
Tengamos vistas,          cuando lo quiere mi señor.  1955

Narrador

Escribían cartas,          bien las selló;
Con dos caballeros          luego las envió;
Lo que el Rey quisiere,          eso hará el Campeador.


103

El rey fija el plazo y se hacen los preparativos para las vistas en Toledo



Al Rey honrado,          delante le echaron las cartas;
Cuando las vio,          de corazón se alegraba:  1960

Rey

Saludadme a mío Cid,          el que en buena hora ciñó espada;
Sean las vistas          dentro de tres semanas;
Si yo vivo soy,          allí iré sin falta.

Narrador

No lo retardan,          a mío Cid se tornaban.
De una parte y de otra          para las vistas se preparaban.  1965
¿Quién vio por Castilla          tanta mula preciada
Y tanto palafrén          que bien anda,
Caballos fuertes          y corredores sin falla;
Tanto buen pendón          meter en buenas astas;
Escudos guarnecidos          con oro y con plata;  1970
Mantos y pieles          y buenos cendales de Andria?
Provisiones abundantes          el Rey enviar mandaba
A las aguas del Tajo,          donde las vistas están aparejadas.
Con el Rey,          hay tantas buenas compañas.
Los infantes de Carrión          muy alegres andan;  1975
Parte adeudan          y lo otro pagaban;
Como ellos pensaban,          les crecería la ganancia,
Cuantos haberes quisiesen          de oro o de plata.
El rey don Alfonso          aprisa cabalgaba,
Condes y potestades          y muy grandes mesnadas;  1980
Los infantes de Carrión          llevan grandes compañas.
Con el Rey van leoneses          y gallegas mesnadas;
No son en cuenta,          sabed, las castellanas.
Sueltan las riendas,          se van a las vistas acordadas.


104

Preparativos para las vistas. El Cid sale de Valencia. Encuentro con el Rey a orillas del Tajo. El Cid alcanza el perdón del Rey. Alfonso pide al Cid que autorice los esponsales de sus hijas con los infantes de Carrión. Regalos del Cid. El Rey le entrega a los infantes



Dentro de Valencia,          mío Cid el Campeador  1985
No lo retarda,          para las vistas se preparó.
¡Tanta fuerte mula          y tanto palafrén superior,
Tanta buena arma          y tanto buen caballo corredor,
Tanta buena capa          y mantos y pellizones!
Chicos y grandes          vestidos están de colores.  1990
Minaya Álvar Fáñez          y aquel Pero Bermúdez,
Martín Muñoz          y Martín Antolínez, el burgalés de pro,
El obispo don Jerónimo,          coronado mejor,
Álvar Álvarez          y Álvar Salvadórez,
Muño Gustioz,          el caballero de pro,  1995
Galindo García,          el que fue de Aragón;
Estos se preparan          para ir con el Campeador
Y todos los otros          que allí son.
A Álvar Salvadórez          y a Galindo García el de Aragón,
A estos dos          mandó el Campeador  2000
Que cuiden a Valencia          de alma y de corazón,22
Y a todos los otros          que en poder de ellos fuesen.23
Las puertas del alcázar          que no se abriesen de día ni de noche:24
Dentro está su mujer          y sus hijas ambas a dos
En que tiene          su alma y su corazón,
Y otras dueñas          que las sirven a su sabor  2005
Ha ordenado,          como tan buen varón,
Que del alcázar          ninguna salir puede
Hasta que se torne          el que en buena hora nació.
Salían de Valencia,          aguijan a espolón;
Tantos caballos en diestro,          fuertes y corredores,  2010
Mío Cid se los ganara,          que no se los dieran en don.
Ya se van para las vistas          que con el Rey concertó.
Un día ha llegado antes          el rey don Alfonso;
Cuando vieron que venía,          el buen Campeador,
A recibirlos salen          con tan gran honor.  2015
Cuando lo tuvo ante los ojos,          el que en buena hora nació
A todos los suyos          estar los mandó,
Sino a estos caballeros          que quería de corazón.
Con unos quince          a tierra se echó.
Como lo pensaba,          el que en buena hora nació,  2020
Los hinojos y las manos          en tierra los hincó;
Las hierbas del campo          con los dientes las tomó;
Llorando de los ojos,          ¡tanto era el gozo que sintió!
Así sabe dar acatamiento          a Alfonso su señor.
De esta guisa,          a los pies le cayó.  2025
Tan gran pesar tuvo          el rey don Alfonso:

Rey

Levantaos en pie,          ¡oh Cid Campeador!
Besad las manos,          que los pies no;
Si esto no haces,          no tendréis mi amor.

Narrador

Hinojos hincados,          estaba el Campeador:  2030

Cid

Merced os pido a vos,          mi natural señor,
Estando así,          me deis vuestro amor:
Que lo oigan          cuantos aquí son.25

Narrador

Dijo el Rey:

Rey

Esto haré de alma y de corazón.
Aquí os perdono          y os doy mi amor;
En todo mi reino,          parte desde hoy.  2035

Narrador

Habló mío Cid y dijo:

Cid

Gracias, yo lo recibo, don Alfonso mi señor;
Agradézcolo a Dios del cielo          y después a vos,
Y a estas mesnadas          que están en derredor.

Narrador

Hinojos hincados,          las manos le besó;
Levantose en pie          y en la boca le saludó.  2040
Todos los demás          de esto tenían sabor;
Pesó a Álvar Díaz          y a García Ordóñez.
Habló mío Cid y dijo esta razón:

Cid

Esto agradezco al Criador
Cuando he la gracia          de don Alfonso mi señor;
Valerme ha Dios          de día y de noche  2045
Fueseis mi huésped          si os pluguiese, señor.

Narrador

Dijo el Rey:

Rey

No es aguisado hoy;
Vos ahora llegasteis          y nos vinimos anoche;
Mi huésped seréis,          Cid Campeador,
Y mañana haremos          lo que pluguiere a vos.  2050

Narrador

Besole la mano,          mío Cid lo otorgó.
Entonces se le humillan          los infantes de Carrión:

Infantes

Humillémonos, Cid,          ¡en buena hora nacisteis vos!
En cuanto podemos,          andamos en vuestro pro.

Narrador

Repuso mío Cid:

Cid

¡Así lo mande el Criador!
 2055

Narrador

Mío Cid Ruy Díaz,          que en hora buena nació,
En aquel día,          del Rey su huésped fue
No se puede hartar de él,          ¡tanto le quería de corazón!
Catándole estaba la barba,          que tan aína le creció.
Maravíllanse de mío Cid          cuantos allí son.  2060
El día ha pasado          y ha entrado la noche.
Otro día de mañana,          claro salía el sol,
El Campeador          a los suyos lo mandó
Que preparasen comida          para cuantos allí son;
De tal guisa los sirve          mío Cid el Campeador;  2065
Todos estaban alegres          y acuerdan en una razón:
Pasado había tres años          no comieran mejor.
Al otro día de mañana,          así como salió el sol,
El obispo don Jerónimo          la misa cantó.
Al salir de la misa,          todos juntados son;  2070
No lo tardó el Rey,          la razón comenzó:

Rey

¡Oídme, mesnadas,          condes e infanzones!
Proponer quiero un ruego          a mío Cid el Campeador,
Así lo mande Cristo          que sea en su pro.
Vuestras hijas os pido,          doña Elvira y doña Sol,  2075
Que las deis por mujeres          a los infantes de Carrión.
Seméjame el casamiento          honrado y de gran pro;
Ellos os las piden          y os lo mando yo.
De una y de otra parte,          cuantos aquí son,
Los míos y los vuestros,          que sean intercesores.  2080
Dádnoslas, mío Cid,          ¡así os valga el Criador!

Cid

No tendría hijas de casar,

Narrador

repuso el Campeador,

Cid

Que no tienen gran edad          y de días pequeñas son.
De grandes linajes son          los infantes de Carrión;
Son dignos para mis hijas          y aún para mejores.  2085
Yo las engendré a ambas          y las criasteis vos,
Y yo y ellas          en vuestra merced somos nos;
Helas en vuestra mano,          doña Elvira y doña Sol;
Dadlas a quien quisiereis          que yo contento soy.

Rey

Gracias,

Narrador

dijo el Rey,

Rey

a vos y a toda esta corte.
 2090

Narrador

Luego se levantaron          los infantes de Carrión;
Van a besar las manos          al que en hora buena nació;
Cambiaron las espadas          ante el rey don Alfonso.
Habló el rey don Alfonso,          como tan buen señor:

Rey

Gracias, Cid, como tan bueno,          y primero al Criador,  2095
Que me dais vuestras hijas          para los infantes de Carrión.
Desde aquí las prendo por mis manos,          doña Elvira y doña Sol,
Y las doy por veladas          a los infantes de Carrión.
Yo las caso a vuestras hijas          con vuestro amor;
Plega al Criador          que tengáis de ello sabor.  2100
Helos en vuestras manos          los infantes de Carrión;
Ellos vayan con vos,          que de aquí me torno yo.
Trescientos marcos de plata          en ayuda les doy yo,
Que los gasten en sus bodas          o en lo que quisiereis vos.
Cuando estuvieren en vuestro poder,          en Valencia la mayor,  2105
Los yernos y las hijas          todos vuestros hijos son;
Lo que a vos pluguiere,          haced de ellos, Campeador.

Narrador

Mío Cid se los recibe;          las manos le besó:

Cid

¡Mucho os lo agradezco,          como a Rey y a señor!
Vos casáis mis hijas,          que no se las doy yo.  2110

Narrador

Las palabras son dadas:          que otro día de mañana, cuando saliese el sol
Que se tornase cada uno          donde salidos son.
Aquí se metió en nuevas          mío Cid el Campeador:
Tanta buena mula          y tanto palafrén en sazón
Comenzó mío Cid a dar a          quien quiere prender su don;  2115
Tantas buenas vestiduras,          que de alfaya son;
Cada uno lo que pide,          a nadie le dice no.
Mío Cid, de los caballos,          sesenta dio en don
Todos son pagados          de las vistas cuantos allí son.
Partirse quieren          que entrada era la noche.  2120
El Rey a los infantes          de las manos les tomó,
Metiolos en poder          de mío Cid el Campeador:

Rey

He aquí a vuestros hijos,          cuando vuestros yernos son;
De hoy en adelante,          sabed qué hacer de ellos, Campeador.

Cid

Agradézcolo, Rey,          y prendo vuestro don;  2125
Dios que está en el cielo          os dé por ello buen galardón.

Narrador

Sobre el su caballo Babieca,          mío Cid salto dio.

Cid

Aquí lo digo,          ante el rey Alfonso mi señor:
Quien quiera ir conmigo          a las bodas o a recibir mi don
Desde aquí vaya conmigo,          creo que le habrá pro.  2130


105

El Cid no quiere entregar personalmente a sus hijas; se nombra a Álvar Fáñez como padrino



Yo os pido merced          a vos, Rey natural:
Pues que casáis a mis hijas,          así como a vos place,
Nombrad manero a quien las dé,          cuando vos las toméis allá;
No se las daré yo con mi mano,          ni de ello se alabarán.
Respondió el Rey:

Rey

He aquí a Álvar Fáñez;
 2135
Prendedlas con vuestras manos          y dadlas a los infantes,
Así como yo las prendo aquí,          como si estuviesen delante;
Sed padrino de ellas          en todo el velar;
Cuando os juntaréis conmigo,          que me digáis la verdad.

Narrador

Dijo Álvar Fáñez:

Minaya

Señor, a fe que me place.
 2140


106

Despedida y regalos del Cid


Narrador

Todo esto es puesto,          sabed, con gran recaudo.

Cid

Ya, rey Alfonso,          señor tan honrado,
Por estas vistas que tuvimos,          de mí toméis algo:
Os traigo veinte palafrenes,          éstos bien preparados,
Y treinta caballos corredores,          éstos bien ensillados;  2145
Tomad esto          y beso vuestras manos.

Narrador

Dijo el rey don Alfonso:

Rey

Mucho me habéis abrumado.
Recibo este don          que me habéis mandado;
Plega al Criador          con todos los sus santos,
Este placer que me hacéis          que sea bien galardonado.  2150
Mío Cid Ruy Díaz,          mucho me habéis honrado;
De vos bien soy servido          y me tengo por pagado.
¡Ojalá estando vivo,          de mí tengáis algo!
A Dios os encomiendo,          de estas vistas me parto.
¡A fe Dios del cielo,          que lo ponga en buen recaudo!  2155


107

Invitación del Cid a las bodas. Los infantes son encomendados a Pero Bermúdez y a Muño Gustioz


Narrador

Ya se despidió el Cid          de su señor Alfonso;
No quiere que le acompañe,          de él se apartó luego.
Veríais caballeros,          que bien andantes son,
Besar las manos,          despedirse del rey Alfonso:

Caballeros

Merced os sea          y hacednos este favor:  2160
Iremos en poder de mío Cid          a Valencia la mayor;
Estaremos en las bodas          de los infantes de Carrión
Y de las hijas de mío Cid,          de doña Elvira y doña Sol.

Narrador

Esto plugo al Rey          y a todos los soltó.
La compaña del Cid crece          y la del Rey menguó;  2165
Muchas son las gentes          que van con el Campeador.
Adeliñan para Valencia,          la que en buen punto ganó,
Y a don Fernando y a don Diego          custodiarlos mandó
A Pero Bermúdez          y a Muño Gustioz,
En casa de mío Cid,          no hay dos mejores,  2170
Que supiesen sus mañas          de los infantes de Carrión.
Y allí va Asur González,          que era bullidor,
Que es largo de lengua,          mas de lo demás no.
Gran honra les dan          a los infantes de Carrión.
Helos en Valencia,          la que mío Cid ganó.  2175
Cuando a ella asomaron,          los gozos mayores son.
Dijo mío Cid a don Pedro          y a Muño Gustioz:

Cid

Dadles albergue          a los infantes de Carrión,
Vos con ellos estad,          que así os lo mando yo.
Cuando viniere la mañana          y apuntare el sol,  2180
Verán a sus esposas,          a doña Elvira y a doña Sol.


108

El Cid anuncia el casamiento a su mujer y a sus hijas


Narrador

Todos esa noche          fueron a sus posadas;
Mío Cid el Campeador          al alcázar entraba;
Recibiolo doña Jimena          y sus hijas ambas:

Jimena

¿Venís, Campeador?          ¡En buenahora ceñisteis espada!  2185
¡Muchos días os veamos          con los ojos de las caras!

Cid

Gracias al Criador,          vengo, mujer honrada.
Yernos os traigo          con que tendremos ganancia;
Agradecédmelo, mis hijas,          que bien os tengo casadas.


109

Doña Jimena acepta lo pactado por el Cid


Narrador

Besáronle las manos,          la mujer y las hijas,  2190
Y todas las dueñas          que las servían:

Jimena

¡Gracias al Criador          y a vos, Cid, barba vellida!
Todo lo que vos hacéis          es de buena guisa.
¡No serán menguadas          en todos vuestros días!

Hijas

Cuando vos nos casarais,          bien seremos ricas.  2195


110

Recelo y justificación del Cid sobre los matrimonios


Cid

Mujer doña Jimena,          ¡gracias al Criador!
A vos digo, mis hijas,          doña Elvira y doña Sol:
Con este vuestro casamiento,          creceremos en honor;
Mas, sabed bien la verdad,          que no lo levanté yo;
Os ha pedido y rogado          Alfonso mi señor,  2200
Tan firmemente          y de todo corazón
Que yo a ninguna cosa          no le supe decir no.
Os metí en sus manos,          hijas, ambas a dos;
Bien me lo creáis          que él os casa, que no yo.


111

Preparativos en Valencia. Recibimiento de los infantes. Ceremonia civil y religiosa de los esponsales. Regocijo de las bodas. Despedida de los invitados


Narrador

Pensaron en preparar          entonces el palacio,  2205
Por el suelo y por arriba,          tan bien encortinado;
Tanta púrpura y tanta seda          y tanto paño preciado;
Sabor tendrías de estar          y de comer en el palacio.
Todos sus caballeros          aprisa se han juntado.
Por los infantes de Carrión,          entonces enviaron;  2210
Cabalgan los infantes,          adelante se dirigían al palacio
Con buenas vestiduras          y ricamente ataviados;
De pie y a gusto,          ¡Dios, qué quedos entraron!
Recibiolos mío Cid          con todos sus vasallos;
A él y a su mujer,          delante se le humillaron,  2215
E iban a posar          en un precioso escaño.
Todos los de mío Cid          tan bien se han acordado,
Al que en buena hora nació,          mientes están prestando.
El Campeador          en pie se ha levantado:

Cid

Pues que lo hemos de hacer,          ¿por qué lo vamos tardando?  2220
¡Venid acá, Álvar Fáñez,          el que yo quiero y amo!
He aquí ambas mis hijas,          póngolas en vuestra mano;
Sabéis que al Rey          así se lo he mandado;
No lo quiero fallar por nada          de cuanto hay acordado;
A los infantes de Carrión,          dadlas con vuestra mano  2225
Y reciban las bendiciones          y vayamos acabando.

Narrador

Entonces dijo Minaya:

Minaya

Esto haré yo de grado.

Narrador

Levántanse derechas          y metióselas en mano;
A los infantes de Carrión,          Minaya va hablando:

Minaya

Heos ante Minaya,          ambos sois hermanos;  2230
Por mano del rey Alfonso,          que a mí lo hubo mandado,
Os doy estas dueñas,          ambas son hijasdalgo,
Que las toméis por mujeres          a honra y por contrato.

Narrador

Ambos las reciben          con amor y con agrado;
A mío Cid y a su mujer          van a besar las manos.  2235
Cuando hubieron hecho esto,          salieron del palacio,
Para Santa María,          aprisa adeliñando.
El obispo don Jerónimo          revistiose apresurado,
A la puerta de la iglesia,          estábalos esperando;
Dioles las bendiciones,          la misa ha cantado.  2240
Al salir de la iglesia,          aprisa cabalgaron;
A la glera de Valencia,          fuera dieron salto.
¡Dios, qué bien jugaron armas          el Cid y sus vasallos!
El que en buena hora nació          cambió tres caballos.
Mío Cid, de lo que veía,          sentía mucho agrado.  2245
Los infantes de Carrión          bien han cabalgado.
Tórnanse con las dueñas,          a Valencia han entrado;
Ricas fueron las bodas          en el alcázar honrado,
Y, al otro día, mandó mío Cid          plantar siete tablados;
Antes que entrasen a yantar,          todos los quebrantaron.  2250
Quince días cumplidos,          las bodas duraron;
Cerca ya de los quince días,          ya se van los hijosdalgo.
Mío Cid don Rodrigo,          el Campeador contado,
Entre palafrenes y muías          y corredores caballos,
En bestias solamente,          ciento ha regalado;  2255
Mantos y pellizones          y otros vestidos tantos;
No se tuvieron en cuenta          los haberes monedados.
Los vasallos de mío Cid          así lo han acordado,
Cada uno por su cuenta          sus dones habían dado.
Quien haber quiere prender          bien era aprovisionado;  2260
Ricos tornan a Castilla          los que a las bodas llegaron.
Ya se iban partiendo          estos hospedados,
Despidiéndose de Ruy Díaz,          el Campeador contado,
Y de todas las dueñas          y de los hijosdalgo;
Por pagados se parten          de mío Cid y de sus vasallos.  2265
Muy bien hablan de ellos,          como era aguisado.
Muy alegres estaban          Diego y Fernando;
Estos fueron hijos          del conde don Gonzalo.
Venidos son a Castilla          estos hospedados;
El Cid y sus yernos          en Valencia se han quedado;  2270
Allí moran los infantes          bien cerca de dos años;
Los amores que les hacen          eran muy sobejanos.
Alegre estaba el Cid          y todos sus vasallos.
¡Plega a santa María          y al Padre santo
Que se pague de ese casamiento          mío Cid o el que lo hubo en algo!  2275
Las coplas de este cantar          aquí se van acabando,
El Criador os valga          con todos los sus santos.

Anterior Indice Siguiente