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Leopoldo de Trazegnies Granda

Nadie podrá imitar aquel tu andar,
holgada la ropa, prieta la carne,
con el que te miro cruzar el mundo.
Nadie podrá ver la llama azul de tus ojos
flameando cuando pasas a mi lado.
Nadie rasgará el silencio de tu piel.
Nadie correrá el velo de tu corazón
ni conocerá el perfume de tu rosa
porque ellos son indignos de los ángeles.

Leopoldo de Trazegnies

Leopoldo de Trazegnies Granda (Lima, 1941) es un poeta que siendo muy joven viaja desde el Perú a España para estudiar Derecho. Lejos de su familia, descubre allí un mundo nuevo y diferente, en el que crece, madura y se descubre a sí mismo, dándose cuenta de que es un hombre condenado a vagar solo por el mundo. Nací belgo-peruano..., crecí peruano a secas, con patriotismo futbolero de campeonatos sudamericanos. Fui europeo por azar, más tarde español por voluntad propia y ahora creo que envejezco en indio y empiezo a leer al Inca Garcilaso. Es el poeta de la luz y de la «geografía», y por tanto del arte; como un hombre del Renacimiento, mezcla todas las «artes» al escribir sus poemas. Nos hace «viajar» con su poesía al misterio, al silencio, y a la belleza del Albaicín y de la Alhambra, del mismo modo que en otras ocasiones nos traslada a los oscuros y recónditos jardines andalusíes, donde solo se escucha el sonido del agua de las fuentes y el canto de los pájaros, y donde se viven y se sueñan «alboradas».

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