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Mihai Eminescu

Biografía de Mihai Eminescu1

Por Catalina Iliescu Gheorghiu (Universidad de Alicante)

Mihai Eminescu, hijo de Gheorghe y Raluca Eminovici (él, con estudios y dominio del alemán, aunque procedente de una familia de campesinos; ella, heredera de un título nobiliario) nace el 15 de enero 1850 en Botoşani, región de Bucovina, en el nordeste de Rumanía (Ducado de los Habsburgo en aquella época), sexto entre los once hijos que tendrían los Eminovici.

Tilos de la casa de la familia Eminovici en Ipoteşti en 1921 (Fuente: © Memorial Ipoteşti).

Su infancia discurre en el campo, en Ipoteşti, donde la familia adquiere una finca con varios cuerpos edificados, un huerto y unos tilos centenarios. Es allí donde se establece un vínculo indestructible entre el poeta y la naturaleza, que más tarde sería una presencia constante en su obra: los bosques que recorre de pequeño, el lago que contempla, los largos paseos, las lecturas a la sombra de las hayas, el sueño o la ensoñación que le retienen durante horas junto a algún riachuelo. El universo de Ipoteşti es consubstancial a la poesía eminesciana. Irimia (2000: VIII) explica que, en el devenir del ser humano juegan un papel fundamental los elementos del mundo con los que entramos en comunicación desde la infancia, pero es igualmente esencial cómo lo hacemos. Al abrir los ojos, el universo circundante puede ser un bosque o un desierto, pero lo decisivo es qué provoca en nosotros este encuentro: asombro, inquietud, interrogantes, y si estamos abiertos para recibir sus misterios. El universo de Ipoteşti entra en la poesía de Eminescu por aquello que esconde -su dimensión sacra- y la poesía de Eminescu re-sacraliza el universo Ipoteşti. Por otra parte, insiste Irimia, el destino del ser poético tiene su origen en el universo Ipoteşti, cuyo destino, a su vez, está cristalizado en el devenir del ser poético eminesciano.

Se traslada a Cernăuţi -hoy Chernivtsí (Чернівці́) en Ucrania, entonces perteneciente a Bucovina, por tanto, al Imperio de los Habsburgo- para cursar los estudios de primaria en el National Hauptschul, que supera en quinto lugar entre ochenta y dos alumnos. La secundaria no le reporta los mismos resultados. Tiene varios intentos de fuga, pero su padre insiste en devolverlo al Ober-Gymnasium, por el que también habían pasado sus hermanos mayores. Es reseñable de esta época la relación con el maestro Aron Pumnul, un gran patriota, que facilitaba libros en lengua rumana a sus alumnos y al que Eminescu admiraba. A partir de 1863 no hay constancia de su asistencia a clase, pues, según parece, Mihai se une a la compañía teatral Tardini-Vlădicescu, recorriendo el país y saliendo incluso al extranjero.

En 1865 regresa a Cernăuţi y empieza a trabajar como bibliotecario y a enviar poemas a la revista Familia. En 1867 recorre, como apuntador de la compañía teatral de Iorgu Caragiale, varias ciudades del sur y más tarde ingresa en la compañía de Pascaly, con la que emprende la gira por Transilvania, hasta que consigue, en 1868, un puesto fijo en el Teatro Nacional de Bucarest. En 1869 Gheorghe Eminovici logra dar con su fugitivo hijo y lo envía a Viena, donde Mihai asiste a cursos universitarios en calidad de oyente. Se confecciona un itinerario ecléctico (filosofía, historia, derecho, economía política, anatomía) complementándolo con profundas lecturas por su cuenta. Según señala Vatamaniuc (1999: 5-6), la prosa de Eminescu, elaborada en concomitancia con la poesía, refleja los mismos estados anímicos de su época preuniversitaria, su implicación en las reivindicaciones de Transilvania, sus viajes por el país con las distintas compañías teatrales, que, en opinión de Perpessicius (1964: 2) forjan la conciencia étnica del poeta, o su añoranza por los lugares natales, de modo que se solapan las odas dedicadas a actrices, o al amor patrio, con prosas como Genio baldío que expresa la preocupación del poeta por el desarraigo que supone alejarse del país y el pueblo. El filón folclórico subyacente en la poesía eminesciana se revela en el cuento literario «Príncipe Azul nacido de una lágrima». La poesía filosófica, social y política tiene su correspondencia en una prosa como El pobre Dionis, mientras que la poesía amorosa tiene su exponente narrativo en la nouvelle Cezara. El Dodecameron dramático que Eminescu idea como una secuencia de obras teatrales en torno a cada una de las grandes figuras históricas del pueblo rumano, sin embargo, queda inacabado. El propio poeta reconoce que su obra dramática es posible que permanezca donde hasta ahora -en el fondo de mi baúl, pues no sé qué forma darle porque en el fondo no es drama. Se prestaría más bien al género del "epos", pero en este caso, perdería la agilidad de las escenas y personajes que se me pasan por la cabeza (Vatamaniuc, 1999: 5-6). Con anterioridad, Perpessicius (1964: 1-5) había remarcado la propensión hacia la leyenda que la vertiente teatral de la vida de Eminescu ha suscitado. Más allá de lo anecdótico, las fuentes documentales nos revelan a un joven apuntador, copista (debido a su caligráfica letra), incluso actor en las compañías teatrales rumanas de la época y traductor del tratado alemán El arte de la representación dramática de Heinrich Theodor Rötscher, así como un incisivo crítico y, más tarde, autor de obras dramáticas que, si bien confirman su valor como «hombre de teatro», no llegan, debido a la temprana muerte, a la misma plenitud de su genio lírico.

Miembros de la Sociedad Literaria Junimea (Los Jóvenes) (Fuente: © Memorial Ipoteşti).

Tras una breve visita a Iaşi para encontrarse con los compañeros de la Sociedad Literaria Junimea (Los Jóvenes), parte hacia Berlín en 1872, teniendo como sustento el estipendio de Junimea y su salario como secretario de un diplomático en la capital alemana. En Berlín ingresa en la universidad, cursando lógica, filosofía, historia de la filosofía y egiptología. El Diario de la Sociedad Junimea deja constancia, apunta Coşereanu (2000: 131), del ambiente cultural-intelectual en el que se habían forjado tantas personalidades de la cultura rumana, así como del perfil germánico de sus estudios y Eminescu no es una excepción.

En 1874, una vez nombrado Director de la Biblioteca Central de Iaşi, vuelve a su Ipoteşti natal para compartir la buena nueva con su familia, sobre todo con su madre, Raluca Eminovici, quien le había insuflado el amor por las letras. El siguiente regreso, en 1876, será por el estado crítico de la salud de Raluca, que muere días después. Desde el dolor más profundo Eminescu escribiría la elegía «Oh, madre» (Coşereanu, 2000: 36).

Al convertirse en Ministro de Educación, su mentor, Titu Maiorescu, insta a Eminescu a obtener el doctorado para poder acceder a una cátedra de filosofía en Iaşi. Mihai comienza a documentarse para una tesis doctoral, quizás en historia, pero desiste ante la tarea archivística que le supera y vuelve a Rumanía, donde asume la dirección de la Biblioteca Central de Iaşi. Ante la demanda judicial interpuesta por un trabajador al que había despedido, tiene que abandonar el puesto. Desde el aprecio que le tiene, Maiorescu lo nombra inspector escolar, puesto en el que permanece solo un año, pues el gobierno liberal no renueva su mandato y Eminescu, no solo pierde su empleo, sino que se le exige la devolución de una ayuda concedida por su mentor durante el desempeño de su cargo. Este hecho dejó al poeta sin medios, acogido en casas de amigos, decepcionado por las instituciones, la política y el mundo. Tras un periodo de penurias, en el que se vuelve hacia el trabajo periodístico, consigue en 1877 un puesto en el periódico Timpul (El Tiempo) de Bucarest, teniendo de compañeros a dos primeras espadas de las letras rumanas: Caragiale y Slavici. Sobre su actividad periodística, Simion (1999: XLIII) señala que Eminescu tenía una intensa cultura política y su reflexión de índole sociológica y psicológica es considerable; tiene una opinión avisada en casi todos los ámbitos de la vida pública rumana e incluso una teoría propia del estado como «producto natural».

Mihai Eminescu en 1884 (Fuente: © Memorial Ipoteşti).

Desarrolla una enfermedad nerviosa que le corroe, insidiosa, bajo la apariencia de salud. En 1883, hastiado y sin haber conseguido un sueldo decente y regular, se marcha a Iaşi donde afloran los primeros signos de manías persecutorias, acarreando su ingreso en el Sanatorio Şuţu y más tarde, su traslado a Viena bajo los cuidados del doctor Oberstein. Recuperado, Eminescu viaja a Venecia y Florencia, ciudades soñadas de las que, sin embargo, no consigue disfrutar. Vuelve a Rumanía y se incorpora en el puesto de sub-bibliotecario en la misma Biblioteca Central de Iaşi, donde esta vez se le encomiendan tareas burocráticas. Tiene una recaída y es ingresado en el Hospicio de Neamt, que abandona en 1887 con una leve mejoría para ir a casa de su hermana, Harieta, quien le presta los cuidados requeridos por las frecuentes recaídas, aunque sin conseguir retenerlo mucho tiempo, si bien esa estabilidad favorecería la concesión de una pensión. Su amada y también poeta, Veronica Micle2, se lo lleva en 1888 a Bucarest, donde vuelve a escribir durante unos meses e incluso se deja convencer para apadrinar una efímera revista literaria. En la primavera de 1889, los amigos solicitan que una instancia administre sus bienes e ingresan de nuevo al poeta, que, tras una crisis cardíaca, muere la madrugada del 15 de junio de 1889, a la edad de 39 años. Mihai Eminescu es enterrado en el Cementerio Bellu de Bucarest, a la sombra de un tilo, el árbol que veneró y plasmó en su obra3.

En palabras de Simion (1999: V), la aparición de un poeta original cambia algo esencial en el pasado de una literatura. Cambia, en primer lugar, la sensibilidad del lector de poesía y, a tenor de esta, cambia la jerarquía de los valores anteriores, de modo que Eminescu no solo influyó en los modernos y postmodernos rumanos del siglo XX, sino en la lectura que hoy hacemos de los poetas que le precedieron.

Bibliografía

  • ANIȚULUI, Mihaela, Cronologie Mihai Eminescu. Viaţa, opera, context cultural, Ipoteşti, Memorial Ipoteşti-Centro Nacional de Estudios Mihai Eminescu, 2002.
  • CĂLINESCU, George, Istoria literaturii române, Bucarest, Minerva, 1986.
  • COȘEREANU, Valentin, Eminescu. Ipoteşti. Eminescu, Ipoteşti, Memorial Ipoteşti-Centro Nacional de Estudios Mihai Eminescu, 2000.
  • EMINESCU, Mihail, Poesii, Bucarest, Editura Librărieĭ Socecŭ & Comp., 1884.
  • EMINESCU, Mihail, Poesii, Buca­rest, Editura Librărieĭ Socecŭ & Comp., 1901, 8.ª ed.
  • IRIMIA, Dumitru, «Ipoteşti-poezie şi sacru», en Valentin Coşereanu, Eminescu. Ipoteşti. Eminescu, Ipoteşti, Memorial Ipoteşti-Centro Nacional de Estudios Mihai Eminescu, 2000, pp. VII-IX.
  • MAIORESCU, Titu, «Poetul Eminescu», en Mihail Eminescu, Poesii, Buca­rest, Editura Librărieĭ Socecŭ & Comp., 1901, 8.ª ed., pp. V-XV.
  • MANOLESCU, Nicolae, Istoria critică a literaturii române, Piteşti, Paralela 45, 2008.
  • PERPESSICIUS, «Omul de teatru», Teatrul, año IX, n.º 6 (junio 1964), pp. 1-5.
  • SIMION, Eugen, «Prefaţă», en Mihai Eminescu, Eminescu. Opere. I. Poezii, Bucarest, Academia Română, Univers Enciclopedic, 1999, pp. V-LXVII.
  • VATAMANIUC, Dimitrie, «Cronologie», en Mihai Eminescu, Eminescu. Opere. I. Poezii, Bucarest, Academia Română, Univers Enciclopedic, 1999, pp. 1-30.
  • VATAMANIUC, Dimitrie, «Notă asupra ediţiei», en Mihai Eminescu, Eminescu. Opere. II. Proză. Teatru. Literatură populară, Bucarest, Academia Română, Univers Enciclopedic, 1999, pp. 5-8.

1. Basada en Istoria literaturii române de George Călinescu (Bucarest, Minerva, 1986, pp. 443-446).

2. Tras la publicación en el año 2000 de la correspondencia entre ambos (93 cartas de Eminescu hacia Veronica y 15 de ella hacia el poeta), Manolescu (2008: 409) se reafirma en su definición: hubo entre ambos un inmenso, desgarrador y trágico amor. La muerte tan inmediata de Veronica (probablemente un suicidio) nos habla de la fortaleza de su relación de por vida y de por muerte. Descubrimos a una mujer distinta de la retratada por la historia literaria de corte misógino, que decide ignorar los condicionantes de una sociedad rumana totalmente victoriana (a finales del XIX): una mujer de mundo, inteligente y prudente, esposa de uno de los intelectuales más prominentes de la sociedad de Iași, Ștefan Micle; una mujer con una espléndida voz legada a su hija Valérie (cantante de ópera) junto con su extraordinaria inteligencia natural y su belleza.

3. Entre el joven Mihai Eminescu y el de la madurez no intercede, advierte Manolescu (2008: 389), la transición de un High Romantic convertido por Titu Maiorescu al Biedermeier, sino la de un epígono eufórico del primer romanticismo (de escasa circulación en Rumanía), hacia un premoderno lúcido que acerca la época de sus propios comienzos románticos a la orilla poética del siglo XX.

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